lunes, 13 de marzo de 2017

Reforma pensiones: falsas recetas interesadas


Las pensiones han cerrado 2016 con un agujero” de 18.500 millones, 38 veces el que encontró Rajoy al llegar a la Moncloa. Y los expertos auguran un déficit similar hasta 2022. Urge reformar las pensiones para que sean sostenibles, con medidas que el Congreso estudia para proponerlas en mayo. Y aparecen “recetas” por todas partes, desde retrasar la jubilación a los 70 años hasta otras más descaradas, como la de la patronal de fondos, que propone destinar un 4% del salario a Planes privados. No habría que darle más vueltas: lo que necesitan las pensiones es más dinero, entre 50.000 y 80.000 millones más,  porque caen las cotizaciones y España gasta menos en pensiones que Europa. Y para eso no hay “recetas milagro”: hay que subir cotizaciones y recaudar más impuestos de los que pagan poco. Y fomentar la natalidad y el empleo, para que haya más españoles cotizando en 2050, cuando se dupliquen los pensionistas. Más ingresos para las pensiones, no recortes ni “milagros”.
 
enrique ortega

El Gobierno ha comunicado que la Seguridad Social cerró el ejercicio 2016 con un déficit de 18.500 millones (1,7% del PIB), un “agujero” que es 38 veces el que encontró Rajoy al llegar a la Moncloa a finales de 2011 (-487,30 millones). Y no ha sido porque se hayan disparado los gastos, ya que el número de pensionistas (8.598.985) y de pensiones (9.459.746) crece sólo un 1,20% (menos que en el pasado) y el gasto en pensiones (118.941 millones) aumenta un 3,1%, más por el aumento de pensionistas que porque cobren más: de hecho, los nuevos pensionistas se jubilaron en 2016 con 10 euros menos de pensión media (1.332,37 euros) que los de 2015, debido a los recortes introducidos por las “reformas” de pensiones aprobadas por Zapatero (2011) y Rajoy (2013). Así que si el déficit de las pensiones crece (+1.800 millones en 2016) se debe sobre todo a la caída de ingresos: la Seguridad Social recaudó 13.717 millones menos de lo presupuestado en 2016. Algo que ha pasado durante toda la crisis: los ingresos de la SS han sido 48.841 millones inferiores a lo previsto desde 2008.

Caen los ingresos previstos de la  Seguridad Social a pesar de que el empleo crece, de que se hayan creado 1.372.900 nuevos empleos entre 2014 y 2016, según la EPA. Y eso porque los nuevos empleos, a raíz de la reforma laboral de 2012, son muy precarios (el 92% temporales y el 36% por horas), con sueldos más bajos, que cotizan menos. Pero además, hay otros dos motivos para que crezcan menos los ingresos de la Seguridad Social, por dos decisiones del Gobierno Rajoy. Una, perdonar cotizaciones a empresas y autónomos (las famosas “tarifas planas”), una medida que se ha revelado poco eficaz para crear empleo pero que resulta muy costosa para la SS: estas bonificaciones han supuesto ingresar 3.439 millones menos por cotizaciones entre 2012 y 2015 (1.456 millones por la tarifa plana a autónomos). La otra, por los recortes en el desempleo: ahora hay 609.899 parados menos cobrando el subsidio contributivo que en 2011, parados que no cobran paro pero que tampoco cotizan.

Así que fallan sobre todo los ingresos y eso explica el agujero creciente de la Seguridad Social,  cuyas cuentas no dan para pagar  las pensiones, lo que ha obligado al Gobierno Rajoy a echar mano de “la hucha” de las pensiones, creada en 2006 y alimentada por los superávits que tuvo la SS hasta 2011, cuando llegó a tener 66.816 millones “ahorrados”. Ya en 2012, el Gobierno Rajoy “tiró de la hucha” para pagar las extras de verano y Navidad y ahora sólo quedan 15.915 millones, para la extra de este verano (8.700 millones) pero no llega para la de Navidad. Y los expertos auguran que el déficit de las pensiones rondará los 20.000 millones este  2017 y se mantendrá en los -15.000 millones hasta 2022.

Así que las pensiones tienen un serio problema a corto plazo, que exige tomar medidas urgentes. Desde noviembre, la Comisión parlamentaria del Pacto de Toledo está escuchando opiniones y propuestas de expertos, para proponer al Gobierno una reforma en mayo (se retrasará a junio). Y aprovechando la ocasión, se multiplican las “recetas” para salvar las pensiones, muchas de ellas “interesadas”. Quizás la más famosa sea la que propone retrasar la edad de jubilación a los 70 años, encabezada por José María Aznar (al que los españoles le pagamos ya una pensión vitalicia como ex-presidente de 60.000 euros anuales, más coche, escolta y 2 asistentes) y propuesta antes por el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, que reformó la ley para mantenerse en su puesto hasta los 73 años (tiene 71) y que no tendrá problemas para jubilarse (su sueldo es de 183.969 euros anuales).

El retraso en la edad de jubilación es una propuesta engañosa y rechazable por varias razones. Primera, porque la reforma de Zapatero ya amplió la edad de jubilación a los 67 años (sube unos meses cada año hasta alcanzarse en 2027), una de las más elevadas de la OCDE, salvo los 68 años de Irlanda, Reino Unido y la República Checa. Segundo, porque impediría el empleo de los jóvenes, donde la tasa de paro ronda el 48%. Y sobre todo, porque de nada sirve aumentar la edad de jubilación para que los mayores trabajen y coticen si los mayores no tienen empleo. En España, el 56,5% de los mayores de 55 años son inactivos (ni trabajan ni buscan trabajo), frente a sólo un 30% en Alemania o Japón. Y hay 1.037.600 españoles mayores de 50 años en paro, que no encuentran trabajo, muchos sin cobrar el paro y teniendo que esperar más de una década para jubilarse.Su drama no es trabajar más años sino trabajar a secas. Y como no encuentran nada, intentan jubilarse antes (no después), aun perdiendo un 8% de pensión por año anticipado. La prueba es que el 44,3% de los jubilados en 2016 lo fueron anticipadamente. Y que la edad media de jubilación es de 64,1 años (diciembre 2016), ni 65 ni 67 años.

Así que no parece que los españoles mayores de 55 años quieran trabajar más años, sino jubilarse cuanto antes porque no se les dan oportunidades.  Y si se ampliara la jubilación a los 70 años, muchos tendrían que quedarse tres o cinco años más en paro, cobrando un subsidio asistencial de 426 euros. Así que la medida costaría más en lugar de recaudar. Por todo ello, dos ministros del Gobierno, el de Economía y la de Empleo, ya han dicho que no se ampliará la edad de jubilación en España. Otra cosa es permitir que el que se jubile pueda compatibilizar trabajo y pensión, aunque de forma voluntaria.

Otra “receta” para salvar las pensiones, ésta mucho más “descarada”, es la que ha hecho la patronal de los fondos y planes de pensiones INVERCO: que se aporten el 4% de los sueldos de los trabajadores (2% las empresas y 2% los empleados) para un Fondo con el que crear un Plan de pensiones privado complementario a las pensiones públicas. Sería una manera de asegurar un negocio “cautivo” de 200.000 millones de euros, donde bancos y aseguradores controlaran este dinero y se llevaran las correspondientes comisiones.

El Círculo de Empresarios tampoco se ha cortado al proponer que se suban las cotizaciones a la Seguridad Social ... de los trabajadoresporque son más bajas que las de las empresas (un 4,70% frente al 23,60% en contingencias comunes. Hablan de “equipararlas”, sin precisar si eso supone multiplicarlas por cinco (y sin hablar, por supuesto, de equiparar también sueldos y beneficios empresariales…). Claro que también hay expertos, como Manuel Lagares, que han propuesto lo contrario: bajar todas las cotizaciones sociales al 10% y cubrir la pérdida de recaudación subiendo el IVA al 24% para casi todos los productos. Y también hay empresarios y expertos que proponen calcular la pensión sobre toda la vida laboral del trabajador y no sobre los últimos 25 años, como ahora. Eso penalizaría mucho las pensiones futuras, sobre todo de los jóvenes, que tienen sueldos iniciales muy bajos y precarios.

Al final, entre tantas “recetas milagro”, casi todas “interesadas”, lo que parece claro es que la Seguridad Social tiene un problema de ingresos y que la clave es cómo puede recaudar más. Los sindicatos proponen subir las cotizaciones de los sueldos más altos, que hoy tienen un tope: 3.751 euros de base máxima y lo que se gane de más no cotiza. Si se quitase este tope y los sueldos altos cotizaran por lo que ganan, la SS podría ingresar 7.500 millones más al año. También se ingresarían 3.700 millones más quitando las vigentes bonificaciones de cotizaciones a empresas y autónomos. Y otros 3.000 millones se ingresarían si hubiera más parados cobrando el paro y cotizando. Y se ahorrarían 4.000 millones si las pensiones no tuvieran que pagar el Presupuesto del Ministerio de Empleo (un anacronismo sin sentido) y lo pagase el Presupuesto del Estado, como el de los demás Ministerios.

En total, serían 18.200 millones de más ingresos y menos gasto, que cubrirían el déficit, junto a una posible emisión de deuda para pagar la extra de Navidad y  “reponer la hucha”. Pero sería un “parche” insuficiente. Por dos razones. Una, porque con el déficit actual y la reforma de pensiones que aprobó Rajoy en 2013, no hay dinero para revalorizar las pensiones actuales por encima del 0,25% que han subido estos años. De hecho, el propio Banco de España cree que la mala situación financiera de las pensiones obligará a subir las pensiones solo ese 0,25% anual al menos hasta 2040. Y como se espera que la inflación suba una media del 2%, eso significa que los pensionistas actuales perderán hasta un 35% de su pensión, porque se la comerá la inflación. O sea que si un pensionista gana hoy 700 euros (son la mitad), en 2044 será como si ganara 455 euros. Insostenible. Pero es que si se revalorizan todas las pensiones con el IPC, el déficit de la SS subiría a 70.000 millones, según FEDEA.

La otra  razón de que haga falta una reforma de fondo y más ingresos es demográfica. Para 2050, España será el país más envejecido de Europa y un tercio de los españoles tendrán más de 65 años, con lo que las pensiones pasarán de los 9,5 millones de este año a 15 millones de pensiones para 2050. Y los pensionistas vivirán entonces más años (90 años de esperanza de vida en 2066, frente a 82,8 hoy). Mientras las pensiones casi se duplicarán, bajará la población española y habrá 900.000 activos menos para 2025. En definitiva, más viejos viviendo más años y menos jóvenes para trabajar y pagar las pensiones.

Para hacer frente a estos dos grandes retos, la revalorización de las pensiones actuales y el pago de las pensiones futuras, hace falta una reforma de fondo, que asegure más ingresos a las pensiones, entre 50.000 y 80.000 millones más de aquí a 20 años. Y hay que hacerlo por dos razones. Primero, porque España gasta menos en pensiones que el resto de Europa: un 10,6% del PIB en 2016, inferior al 11,6% de la UE-28 y por debajo de ocho paises europeos: Italia (15,8% del PIB), Grecia (14,5%), Francia (13,8%), Austria (13,2%), Portugal (13%), Eslovenia (11,4%), Polonia (10,8%) y Alemania (10,6%), según la OCDE. Y segundo, porque se puede: España ingresa menos que la mayoría de Europa por cotizaciones e impuestos.

Una vía clara de conseguir más ingresos es subir las cotizaciones sociales, aunque tenga el inconveniente de penalizar el empleo. Pero hay margen: los ingresos por cotizaciones netas suponen en España el 12,3% del PIB, frente al 13,2% en Europa y el 15,3% en la eurozona, muy por debajo de las cotizaciones en Alemania (16,5% del PIB), Francia (18,9%), Italia (13,3%) o Portugal (11,6%) y sólo por debajo de Reino Unido (7,8%), según Eurostat. Eso significa que si España recaudara por cotizaciones como la eurozona, podría ingresar 34.000 millones más. Y otro tanto pasa con los impuestos: la recaudación en España supone sólo el 38,2% del PIB (2015), frente al 46,6% del PIB que recaudan los países del euro y el 44,9% del PIB que ingresa la UE-28, según Bruselas. Y recaudamos mucho menos que Alemania (44,9%), Italia (48,2%) y Francia (53,4% de su PIB). Eso significa que si recaudáramos como la eurozona, España ingresaría 84.000 millones más al año en impuestos.

Con ambas medidas, subir cotizaciones (de empresas y trabajadores) y recaudar más impuestos (no subiéndolos a los que ya pagamos sino combatiendo el fraude y haciendo pagar más a los que pagan poco: grandes empresas , multinacionales, y los más ricos), España podría ingresar entre 80.000 y 120.000 millones más en una década. Y destinar buena parte de  esos mayores ingresos (entre 50.000 y 80.000 millones) a asegurar el futuro de las pensiones, sin descartar buscar algún nuevo recargo o impuesto específico. O se busca ese dinero extra, de estas u otras maneras (sin “milagros”) o no salen las cuentas. Y además, en paralelo, hay que fomentar la natalidad (debían nacer 719 niños más cada día, además de los 1.143 que nacen), modernizar la economía y crear más empleo estable, para conseguir los trabajadores necesarios para pagar las pensiones a mediados de siglo. Casi nada.

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