lunes, 10 de julio de 2017

La mayoría no nota la recuperación


España va bien, insiste Rajoy, pero 7 de cada 10 españoles no lo notan, según un informe encargado por Cáritas. España crece, pero la mayoría de familias viven todavía peor que antes de la crisis, porque tienen trabajos precarios o les han bajado el sueldo, muchos siguen en paro y sin cobrar el desempleo y otros se han comido los ahorros que tenían. Y la mayoría de españoles ven gris el futuro: el 73,5% piensa que dentro de 5 años estarán igual o peor. Y su pesimismo les lleva a desconfiar de la política (el 75% cree que votar no sirve), de asociarse (el 57%) o movilizarse (inútil para el 62%). Cáritas alerta del peligro de que los españoles “se acostumbren” a vivir en la precariedad, con 10 millones de españoles “vulnerables”, por su trabajo, salario o paro. Es hora de tomar medidas para que la recuperación llegue a la mayoría, no sólo a las empresas y a los ricos. Repartir mejor el aumento del PIB.


                                                                                                   enrique ortega

La recuperación económica acaba de cumplir 45 meses en junio: la economía empezó a crecer en el 4º trimestre de 2013 (+0,3%), tras 5 años y medio de caídas del PIB por esta Gran Crisis (desde el verano de 2008). Y ahora llevamos creciendo 3 años (2014,2015 y 2016) y 2 trimestres (2017), impulsados por el consumo de las familias, la recuperación del gasto público (tras los duros recortes) y la exportación, válvula de salvación de muchas empresas. Y con este crecimiento del PIB (+1, 4% en 2014 y +3,2% en 2015 y 2016), la recuperación ha servido para crear 1.389.100 nuevos empleos en estos tres años y medio, poco más de un tercio de los 3.802.800 empleos perdidos desde 2007. Eso sí, son empleos precarios (sólo el 5% son fijos y a tiempo completo) y mal pagados, muy vulnerables.

Con todo, la recuperación está ahí y parece firme, con una economía que crecerá un 1% este segundo trimestre y que puede volver a crecer más del 3% este año 2017, aunque existen varias incertidumbres en contra: el petróleo caro, el euro fuerte y la iniciada subida de los tipos de interés, factores externos  que son responsables de la mitad de la recuperación, no la política de Rajoy. Pero el problema de fondo es que aunque España crece (más que los grandes de Europa) y crea empleo (aunque sea precario y mal pagado), la mayoría de los españoles no lo notan: el 70% de hogares no perciben la recuperación, según una encuesta incluida en el Informe FOESSA "Desprotección Social y Estrategias Familiares” 2017, encargado por Cáritas. Y si se pregunta a los hogares en riesgo de pobreza (ingresan menos del 60% de la renta media), no notan la recuperación el 91%.

¿Qué les pasa a esta mayoría de familias españolas? Pues que muchas han perdido la red de seguridad que tenían antes de la crisis: el 60% de hogares se han comido sus ahorros (están al nivel más bajo de los últimos 18 años, desde 1999, según el INE) y tienen serios problemas para llegar a fin de mes o para hacer frente a gastos imprevistos. Y además, el 40% de los hogares tienen  que afrontar gastos nuevos, que no tenían antes, como gastos sanitarios (copagos), refuerzos educativos (libros, comedor, guarderías) y mayores gastos energéticos, mientras tienen ingresos muy mermados  y ya no pueden contar como al principio de la crisis con la ayuda de amigos y familiares (también muy “tocados”), según se revela en este  informe FOESSA 2017.

Ante la crisis, la mayoría de hogares han adoptado tres estrategias, según el informe FOESSA: reducir el consumo energético (el 70% gasta menos en calefacción y electricidad y el 57% ha invertido en aislamiento y cambio de bombillas), aceptar condiciones laborales peores (el 40% ha aceptado un trabajo mal pagado y el 29% trabajar sin contrato) y reducir los gastos de vivienda (el 15% ha cambiado de piso y el 22,8% ha vuelto a vivir con sus padres, con 1,5 millones de hogares en los que ha vuelto un hijo/a). Ahora, tras estos 8 años largos de crisis, la mayoría de hogares tienen sus recursos muy recortados, sobre todo los hogares con menores, las madres solas con hijos y las familias numerosas, los tres colectivos con su economía más débil. Y todavía la familia y los amigos es el mayor apoyo de la mayoría de hogares, mientras los hogares con menos recursos cuentan menos ahora con ayudas institucionales, sobre todo tras los recortes de estos años en ayudas sociales, sanidad, educación y dependencia. Y la encuesta revela que los hogares pobres confían más en las ONGs y asociaciones de barrio que en los servicios sociales públicos, colapsados y sin recursos.

Ante esta situación, el estudio revela que sólo un 27% de hogares españoles dicen que han notado la recuperación y el 70% declara que a ellos no les ha llegado. Y los que menos la notan son los más débiles, los que más han sufrido la crisis: el 91% de familias pobres no sienten la recuperación. Y lo peor, según Cáritas, es que se ven así muchos años más, lo que la ONG llama “el empobrecimiento de la pobreza, que se hace crónica. Porque el 47,1% de las familias encuestadas creen que estarán igual dentro de 5 años y otro 26,4% peor. O sea, que el 73,5% de las familias ve su futuro igual o peor, según este Informe FOESSA 2017. Y además, piensan que no se puede hacer nada por evitarlo, porque el 75,6% cree que votar no sirve de nada, el 56,9% cree que tampoco sirve asociarse y el 61,2% piensa que tampoco sirve movilizarse. Pasotismo generalizado ante la crisis y el futuro.

La de Cáritas no es la única Encuesta que revela que los españoles no notan la recuperación. El Barómetro del CIS de mayo 2017 ya indicaba que la mayoría de españoles “no ven” la mejora de la economía: el 58,9% ven la situación económica “mala” (36,1) o “muy mala” (22,8%) y el 77,2% creen que dentro de un año será “igual” o “peor”. Un pesimismo que se reitera en la última encuesta internacional, realizada por el Pew Research Center de Washington: el 71% de españoles creen que la economía está mal, frente al 21% que la ven bien. Con ello, somos uno de los paises con más pesimismo ante la situación económica, sólo por detrás de Grecia, Corea, Italia, Brasil, Venezuela, Francia y Argentina.

¿Por qué los españoles no notan la recuperación? Porque una cosa es el crecimiento del PIB (lo que España produce) y otra la realidad de las familias. Primero, porque la renta de los españoles todavía no se ha recuperado de la crisis: era de 18.028 euros por habitante en 2015 (último dato INE), un 7,5% menor de los 19.492 euros que ingresaba cada español en 2008. Y con ello, el consumo per cápita ha caído un 7% de media, aunque para muchas familias ha caído bastante más. Y los salarios han caído estos años de crisis entre el 5 y el 15%, con lo que el salario más habitual está en 16.498 euros anuales (2015 INE), lo que supone 950 euros netos mensuales. Luego el español que trabaja (18,5 millones) es “mileurista” y muchos tienen trabajos temporales y por horas con ingresos aún más bajos: 2.196.137 trabajadores, 1 de cada 8 asalariados, son “trabajadores pobres”, según la OIT.

En conjunto, los salarios todavía no han recuperado su nivel de antes de la crisis: la masa salarial alcanzó los 526.098 millones en 2016, todavía un 6,4% por debajo de los 559.777 millones que se cobraron en 2008. Y entre tanto, las empresas ganan más que antes de la crisis: ganaron 473.032 millones en 2016, un 1,7% más que los 465.182 millones de beneficios empresariales en 2008.Y las empresas llevan tres años mejorando sus beneficios (+13,2% en 2016 y se espera otro aumento del 24,8% en 2017), mientras los salarios apenas crecen un 1% en estos tres últimos años. Y muchos de los que trabajan tienen contratos precarios, muy mal pagados: el 26,1% de los trabajadores españoles tienen un contrato temporal (somos el 2º país con más temporales, tras Polonia) y un 15,1% trabajan a tiempo parcial, 51 días de media y la cuarta parte contratos por menos de 1 semana.

Además, hay otros 4.255.000 españoles sin trabajo, según la EPA. Y más de la mitad, exactamente el 53,7% del total, no cobran nada (son 2.285.137 parados EPA). Y de los 2 millones escasos que cobran algo, las dos terceras partes cobran un subsidio asistencial de 426 euros al mes que les dura poco. Y la mayoría de los parados (el 54,3%) son parados de larga duración (2.285.137), que llevan más de 1 año sin trabajar (de ellos, la mitad, 1,2 millones llevan más de 4 años parados), lo que les hace ver muy negro su futuro.

Y luego están los pensionistas, 8.818.642 españoles, que han sido claves para sostener a sus familias en esta crisis, pero que ahora pueden ayudar menos, porque llevan 4 años con las pensiones prácticamente congeladas, subiendo un 0,25% desde 2014, que se va a comer la inflación este año 2017 y los próximos. Y además, recordemos que casi la mitad de los pensionistas (43,7%) y dos tercios de las viudas (65,7%) cobran menos de 650 euros al mes, un ingreso muy bajo como para ayudar a su familia. Y temen por su futuro: como la inflación subirá una media del 2%, los pensionistas actuales perderán hasta un 35% de su pensión. O sea que si un pensionista gana hoy 700 euros (son la mitad), en 2044 será como si ganara realmente 455 euros. Como para ser optimistas.

Y no olvidemos a los jóvenes, los más pesimistas ante el futuro según las encuestas, un 42% en paro a pesar de que muchos tengan carreras universitarias (23,6%). Muchos trabajan en precario, en empleos para los que están “sobrecualificados” (53,6% de los jóvenes ocupados), con sueldos de becario (11.835 euros brutos de media, 690 euros netos en 14 pagas, según el INE) y una enorme inestabilidad laboral y personal, que lleva al  80,3% de los jóvenes españoles (5.233.406 jóvenes entre 16 y 29 años)  a seguir viviendo con sus padres, frente al 70% de media en Europa. Otro factor de tensión sobre las familias españolas.

Al final, sumando grupos y analizando su situación, se puede entender a esa mayoría que no nota la cacareada recuperación de Rajoy. De hecho, otro reciente informe realizado por Fedea y la consultora Accenture, da una cifra que también ayuda a explicarlo: hay 10.314.000 españoles que están en una situación “vulnerable”: 4.237.000 porque están parados (EPA 2016), 721.000 más porque están inactivos pero les gustaría trabajar y 5.355.000 personas más porque son trabajadores con contratos precarios y muy bajos salarios. En total, 1 de cada 3 españoles adultos que son vulnerables. Y algo más de la mitad de ellos, 5.250.000 personas, son “especialmente vulnerables”, con un elevado riesgo de seguir en paro o perder su empleo. Son, básicamente, mujeres, familias monoparentales con niños, mayores de 50 años y jóvenes menores de 30 años, con poca formación, que viven sobre todo en Andalucía, Comunidad valenciana y Cataluña, más Extremadura, Murcia y Canarias.

Y esta España vulnerable y precaria es aún más preocupante porque tiene enfrente a otra España que sí vive mejor que antes de la crisis, los que tienen un empleo fijo y estable, algunos inversores y la mayoría de las empresas. España es el tercer país europeo donde más ha crecido la desigualdad durante la crisis (tras Lituania y Rumanía), mientras se reducía en Portugal, Alemania, Francia, Holanda, Bélgica y 7 paises más. Y somos el 4º país europeo con más desigualdad, tras Rumanía, Lituania y Bulgaria: el 20% más rico tiene 6,9 veces el patrimonio (riqueza) que el 20% más pobre, frente a 5,2 veces que es la desigualdad media de la zona euro, según Eurostat. Y el 1% de españoles más ricos acapara la cuarta parte de la riqueza (27,4%) mientras el 20% más pobre se queda sólo con el 0,1% del pastel. Y los tres españoles más ricos (Ortega de Inditex, Roig de Mercadona y del Pino de Ferrovial) tienen el mismo patrimonio que el 30% de españoles más pobres (14 millones de personas), según el último informe de Intermón Oxfam.

Como vemos, la recuperación va por barrios y a muchos no les llega, sobre todo a esos 13 millones de españoles (el 27,9% de la población) que están por debajo del umbral de la pobreza, según el último indicador europeo AROPE 2016. Por eso, la Comisión Europea y la OCDE han pedido al Gobierno Rajoy que tome medidas para paliar la pobreza en España, con mayores ayudas a las familias, sobre todo con hijos. Y eso porque España gasta en ayudar a las familias la tercera parte que los paises europeos (un 0,6% del PIB frente al 1,7% en la UE-28 y el 1,2% en la OCDE). Y ambos organismos han pedido también aumentar las ayudas directas a  los más pobres, la renta básica que reciben hoy 262.307 familias. En tercer lugar, la Comisión Europea y la OCDE piden que España gaste más en subsidios de paro y políticas activas de empleo (gasta un 0,5% del PIB frente al 0,9% de Francia o el 0,64% de Alemania), además de la reforma de las oficinas de empleo (SEPE).

Las tres propuestas (aumentar las ayudas a las familias, ampliar la renta básica y mejorar las políticas de empleo) son claves para mejorar la situación de las familias más vulnerables. Pero hay que hacer más cosas para que la mayoría de españoles disfruten de la recuperación. La primera, mejorar la calidad del empleo que se crea, incentivando el trabajo fijo y a jornada completa y penalizando (con cotizaciones) el trabajo precario. La segunda, subir más los salarios, sobre todo los más bajos  y el salario mínimo, a cambio de mejoras de productividad. La tercera, lanzar dos Planes de choque, para los jóvenes y los parados de larga duración, para darles perspectivas de empleo futuro. Y la cuarta, ampliar  y mejorar la política de protección social, asegurando un nivel de ingresos y servicios (vivienda, energía, sanidad, educación y formación) a las familias más pobres. Y especialmente a esos 1.394.700 hogares donde todos sus miembros están en paro, según la EPA.

Todo esto cuesta dinero y el Gobierno central y las autonomías lo tienen que sacar de recaudar más, no de la mayoría que ya pagamos impuestos de sobra sino de los grupos que pagan menos de lo que deben: grandes empresas, multinacionales y los más ricos. “A las grandes empresas les conviene  pagar más porque así se mantiene la cohesión social”, ha llegado a decir el ministro Montoro en el Congreso. Hay que recortar el fraude fiscal y se podrían recaudar 40.000 millones más, según los técnicos de Hacienda (GESTHA), para dedicar esos mayores ingresos a compensar a los que han salido malparados de la crisis. Si no se toman medidas reequilibradoras desde el Estado, muchos españoles seguirán sin notar la recuperación. Hay que apostar por una sociedad más justa, porque será más estable y más democrática.

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