jueves, 19 de octubre de 2017

Los "nuevos pobres" españoles


Cataluña acapara toda la atención y pasan desapercibidas noticias claves: hay 12,8 millones de españoles en la pobreza (viviendo con menos de 684 euros al mes), 2 millones más que antes de la crisis, según publicó este lunes Eurostat. De ellos, 3 millones viven en “pobreza severa” (con menos de 342 euros al mes). Y somos el 7º país con más pobreza de Europa y el 3º donde más crecieron los pobres desde 2008. Mucho hablar de recuperación, pero tenemos más pobres y hay más desigualdad que antes de la crisis. Y no piensen que los pobres son extranjeros que piden por la calle: el 82% de los pobres son españoles, un 32% incluso trabajan, otro 8,3% son jubilados y el 70% tienen una formación media o alta. Son los “nuevos pobres”, muy cerca de nosotros. Urge aprobar un Plan contra la pobreza, que afecta al 27,9% de españoles, con más ayudas públicas para niños y familias pobres, parados, trabajadores pobres y jubilados. Este sí que es un grave problema social.



                                                                                              enrique ortega

Hay ya 117,5 millones de europeos viviendo en situación de pobreza, el 23,4% de la población (UE-28) y un millón y medio de pobres más que en 2008, según las estadísticas de 2016 (indicador AROPE) publicadas este 16 de octubre por Eurostat. Los paises del Este lideran el ranking europeo de pobreza, con Bulgaria (40,4% de la población es pobre) y Rumania (38,8%), seguidas de Grecia (35,6%), Lituania (30,1%), Italia (28,7%), Letonia (28,5%) y España (27,9% de población en la pobreza: 12.830.000 españoles), que es además el tercer país europeo donde más ha crecido la pobreza con la crisis, tras Grecia y Chipre (en 2008 había en España un 23,8% de pobres, 2 millones menos que ahora). Los paises del centro y norte de Europa son los que tienen menos pobres, una lista encabezada por la Republica Checa (13,3% población es pobre), Finlandia (16,6%), Dinamarca (16,7%), Holanda (16,8%), Austria (18%), Eslovaquia (18,1%), Francia (18,2%), Suecia (18,3%), Eslovenia (18,4%) y Alemania (19,7%).  

¿Cómo se mide la pobreza? El indicador europeo (AROPE) considera “pobre” a cualquier  persona que cumpla una de estas tres condiciones: tener bajos ingresos (menos del 60% de la renta media de cada país), tener una privación material severa (cumplir 4 de estos 9 factores: no poder pagar el alquiler o las facturas, no poder calentar casa, no poder pagar gastos imprevistos, no comer carne, pescado o proteínas cada 2 días, no poder tomar 1 semana vacaciones o no tener coche, lavadora, TV en color o teléfono) o personas que viven en hogares con muy poco empleo.  En España hay 12.830.000 personas (el 27,9% de los españoles), que cumplen alguna de estas tres condiciones .Y de ellos, hay 1.025.736 españoles que cumplen las tres condiciones a la vez, son “pobres por partida triple”.

La mayoría de los pobres (europeos y españoles) lo son por el primer criterio, por tener bajos ingresos: tienen “pobreza monetaria” el 17,2% de los europeos y el 22,3% de los españoles, 10.382.000 personas (de los 12.830.000 pobres totales), según Eurostat. Y eso porque ingresan menos del 60% de la renta media española: menos de 8.209 euros al año los solteros (684 euros al mes) y menos de 13.681 euros las familias con dos hijos menores (1.140 euros al mes). Esta “pobreza monetaria” ha aumentado en 21 de los 28 paises europeos desde 2008, pero es España el país donde esta pobreza ha aumentado más con la crisis (del 19,8 al 22,3% de los españoles). Y España es el tercer país europeo con más pobreza por bajos ingresos, sólo por detrás de Rumania (25,3% población con pobreza monetaria) y Bulgaria (22,9% de la población).

Y dentro de esta pobreza monetaria (ingresar menos del 60% de la renta del país), hay una “pobreza severa”, que sufren los que ingresan menos del 30% de la renta media, en España menos de 4.104 euros al año los solteros (342 euros al mes) y 6.840 euros al año las familias con dos hijos menores (570 euros al mes). Son los pobres de los pobres”, un 6,4% de los españoles, 2.900.000 personas, según Eurostat, que cifra en un 8,1% de la población europea la “pobreza severa” (40,6 millones de europeos). Un dato que se agrava en Canarias (13,6% de población con pobreza severa), Andalucía (9,9%) y Murcia (8,1%).

El segundo criterio de pobreza, la privación material severa (no poder hacer frente a gastos, vacaciones o faltarles cosas) afecta a un 7,5% de europeos y al 5,8% de españoles (a 2.667.000 personas en 2016), según Eurostat, estando España en el ranking de los paises con menos pobreza de este tipo, debido sobre todo al apoyo de la familia, mayor que en el resto de Europa. Y en el tercer criterio de pobreza, vivir en hogares con poco empleo, que afecta al 10,4% de europeos España vuelve a la parte alta del ranking: ocupa el tercer lugar, con un 14,9% de españoles afectados (6.851.000 personas), sólo por detrás de la pobreza por poco empleo de Irlanda (19,2% población) y Grecia (17,2%).

Voy a centrarme en la pobreza monetaria, la determinada por los bajos ingresos, que afecta al 22,3% de los españoles, 10.382.000 personas en 2016, según Eurostat. Muchos piensan que estos pobres son personas extranjeras mal vestidas que piden por la calle. Pero no es así. Los “nuevos pobres” españoles son en muchos casos vecinos nuestros, personas con formación y que van incluso a trabajar cada día, según el retrato robot  de los pobres españoles elaborado por la Red europea de Lucha contra la pobreza (EAPN España): son casi por igual hombres (49,6%) que mujeres (50,4%), el 82,1% son españoles, la mitad son adultos (30-64 años), un 24,2% menores de 18 años (España es el tercer país europeo en pobreza infantil, tras Rumanía y Grecia, según Unicef) y un 10% mayores de 65, su nivel de estudios es medio-alto (un 55,8% de los pobres tienen educación secundaria, un 28% primaria e incluso un 15,2% educación superior) y la mayoría de los pobres trabajan (32,6%), estando otro tercio en paro (31,4% de los pobres), un 8,3% jubilado y el resto inactivo.

Quizás lo más chocante es que, tras la crisis, se puede estar trabajando y ser pobre. Concretamente, un 14,1% de los trabajadores son pobres en España (y un 12,5% en Europa), lo que da unos 2,5 millones de asalariados y autónomos con bajos ingresos (menos del 60% de la media), bien porque tienen un contrato precario bien porque trabajan sólo algunos días o meses y además lo hacen por horas. Y también hay muchos jubilados pobres: casi la mitad de las pensiones (el 49,8%, un total de 4.716.000, según la EAPN) están por debajo de los 684 euros mensuales, el umbral de la pobreza. Concretamente, el 40% de las pensiones de jubilación, el 70% de las de viudedad  y de 90% de las que cobran los huérfanos. Y casi el 10% de todas las pensiones (el 9,9% del total, 936.950 pensiones) están por debajo de los 342 euros al mes, con lo que incurren en “pobreza severa”.

Así que no sólo los parados son pobres (el 52% no cobran ya el desempleo). Y además, resulta preocupante el desigual reparto de la pobreza. Por un lado, entre los mismos pobres: la cuarta parte mejor situada (algo más de 2,5 millones) ingresan 636 euros al mes, otra cuarta parte 535 euros, un tercer cuarto 398 euros de media y la cuarta parte más desfavorecida (algo más de 2,5 millones de españoles) ingresa sólo 166 euros, la cuarta parte que los pobres mejor situados, según la EAPN. Son los pobres de los pobres”. Y también hay una gran desigualdad por regiones: Canarias (44,6% población pobre, según el indicador europeo AROPE), Ceuta (41,9% pobres), Andalucía (41,7%), castilla la Mancha (37,9%), Extremadura (35,8%) y Murcia (34,8%) lideran la pobreza en España, a años luz de Navarra (13% población pobre), País Vasco (15,9%), la Rioja y Cataluña (17,9% pobres). Son las 2 Españas, el verdadero problema de fondo de la España autonómica.

Lo grave no es sólo que España tenga ahora 2 millones de pobres más que antes de la crisis y que la pobreza afecte a españoles que antes eran incluso clase media. Es que, para más INRI, los ricos viven ahora mejor que antes de la crisis y ha aumentado la desigualdad, según los recientes datos de la EAPN. Basten dos. Ahora (2016), el 20% de españoles más ricos ingresan 6,6 veces lo que el 80% más pobre, cuando en 2008 la relación era de 5,6 veces. En Europa, la proporción es menor (5,2 veces) y con ello España es el tercer país europeo con más desigualdad, sólo por detrás de Rumanía y Macedonia (7,2 veces). El otro dato, el índice de Gini (indicador internacional de desigualdad, entre 0 y 100: cuanto más alto peor). España tiene un índice de 34,5 en 2016, frente al 32,4 en 2008. Y frente al 30,9 de índice medio en Europa, somos el 7º país europeo con el índice Gini de desigualdad más alto, sólo por detrás de Serbia, Lituania, Rumanía, Bulgaria, Letonia y Estonia, según Eurostat. Como resumen, sepamos que el 10% de españoles más ricos acapara la misma porción del pastel de renta (una cuarta parte) que el 50% de los españoles más pobres. Muy gráfico.

Aunque Rajoy y su Gobierno no lo dicen, organismos internacionales como la Comisión Europea y la OCDE, alertan periódicamente sobre la pobreza y la desigualdad en España, porque son una rémora para la recuperación. Y ya le han dado variasrecetas al Gobierno, sin que les hagan caso. En primer lugar, Bruselas y la OCDE coinciden en pedir más ayudas públicas a las familias, sobre todo las que tienen hijos. Y eso porque España gasta en ayudar a las familias la tercera parte que los paises europeos (un 0,6% del PIB frente al 1,7% en la UE-28). Y además, están mal orientadas: el 2% de las ayudas familiares se destinan a las rentas más bajas, frente al 20% en la UE. En segundo lugar, ambos organismos proponen aumentar las ayudas directas a los más pobres, tanto las del Estado central como las de las autonomías (pagan una renta básica muy dispar, de 300 euros en Murcia a 665 euros en el País Vasco, a sólo 466.266 familias). Y en tercer lugar, la Comisión Europea y la OCDE piden que España gaste más en subsidios de paro (el 52% de los parados EPA no cobran nada) y en políticas activas de empleo (gasta un 0,5% del PIB, frente al 0,9% de Francia o el 0,64% de Alemania, que tienen la mitad o la cuarta parte de paro).

Serían tres vías urgentes para atajar la pobreza, pero hacen falta más. Por un lado, hay que actuar contra la precariedad laboral, que es la causa de crezcan los trabajadores pobres. Urge reducir la temporalidad y los contratos basura, para mejorar los salarios más bajos. Y aprobar medidas para mejorar el empleo juvenil, el origen de la creciente pobreza entre los menores de 30 años. Y en paralelo, tratar de subir las pensiones más bajas, sobre todo de viudedad y orfandad, que están detrás de muchos pobres ancianos y adolescentes.

Por otro lado, el Estado central debe utilizar más los impuestos para reducir la pobreza y la desigualdad, haciendo lo contrario de lo que ha hecho Rajoy estos años: utilizando más los impuestos directos (renta y sociedades) para que paguen más los que más tienen y con esos mayores ingresos (deben pagar más las grandes empresas, multinacionales y los ricos, que evaden impuestos “legalmente”). Y reduciendo el peso de los impuestos indirectos, desde el IVA a los impuestos de carburantes, tabaco o alcohol, que son los que más han subido, algo injusto, porque los sufren comparativamente más los que más tienen. Y además, aprobar un nuevo sistema de financiación autonómica más justo y solidario, que reduzca más la pobreza en la España pobre (y que lleva 30 años siendo la más pobre).

Los datos europeos de la pobreza y la desigualdad en España son un escándalo, aunque parece que la mayoría no se inmuta con ellos, Gobierno y “oposición” incluidos. Pero están ahí y no se corrigen con la recuperación. El hecho cierto es que hay más de 10 millones de españoles muy vulnerables, según la estadística de pobreza de Eurostat y un reciente estudio de Fedea y Accenture, que incluye como tales a los parados (4 millones), inactivos a los que les gustaría trabajar (721.000) y trabajadores con contratos precarios y muy bajos salarios (5,3 millones). Son 1 de cada 3 españoles en edad de trabajar, que no dan el perfil clásico de pobres pero que lo son. Demasiados para no hacer nada.

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