jueves, 1 de junio de 2017

El euro está fuerte: malo para España


Los medios informan mucho de la prima de riesgo o las Bolsas, pero poco de la cotización del euro, que nos afecta mucho más. La moneda europea lleva meses subiendo y supera los 1,12 dólares, la cotización más alta del último medio año. Y eso cuando los expertos esperaban que este año cayera, hasta quedar en 1x1 frente al euro, por la victoria de Trump. Pero la gestión del nuevo presidente USA es un caos, mientras Europa conjura sus problemas (Holanda, Francia) y mejora su economía, lo que fortalece el euro frente al dólar. Y eso es más malo que bueno, sobre todo para España: perjudica al turismo y las exportaciones, dos motores básicos de nuestro crecimiento. Y los empresarios tratan de compensar el mayor precio exterior de sus productos no subiendo los salarios aquí. O sea, que si ven que el euro sigue fuerte, por encima de 1,10 dólares, sepan que es malo para exportar, traer turistas y subir sueldos. Ojo al euro.
 

                                                                         enrique ortega

Tras el triunfo de Donald Trump en EEUU, el 8 de noviembre, todos los expertos apostaban por una subida del dólar y una caída del euro. La razón era sencilla: el programa de Trump pretendía un Plan de inversiones de un billón de dólares, que haría subir la inflación y los tipos de interés, atrayendo muchos capitales a EEUU. Y con esta mayor demanda, el dólar subiría frente a las demás monedas, incluido el euro. Y así pasó al principio: si antes de las elecciones, el 4 de noviembre, el euro cotizaba a 1,1133 dólares, tras el inesperado triunfo de Trump empezó a caer y el 24 de diciembre cotizaba a 1,0396 dólares. O sea, hacían falta menos dólares para comprar un euro. Y todos los expertos apostaron porque en 2017, el euro seguiría bajando y pronto cotizaría a 1x1 frente al dólar.

Pero no ha sido así. El euro cerró el año cotizando a 1,05 dólares y empezó a subir poco a poco, primero a 1,06 dólares (16 febrero), luego a 1,07 dólares (15 marzo), a 1,08 dólares (24 marzo), a 1,09 dólares (15 mayo), a 1,10 (16 mayo), a 1,11 (17 mayo) y hasta 1,1226 dólares por euro (23 mayo), lo que supone una revalorización del 8% desde noviembre (ver gráfico con la evolución del euro desde la victoria de Trump en noviembre). Y hoy 1 de junio cotiza a 1,1225 dólares por euro. En paralelo, la libra esterlina también ha ido subiendo frente al dólar, superando los 1,30 dólares por libra el 18 de mayo, algo que no se veía desde septiembre de 2016 (hoy la libra está algo más débil pero firme, a 1,2875 dólares por libra).

El dólar ha caído en este medio año, en vez de subir como se esperaba, por dos razones básicas. La primera y fundamental, porque la gestión del nuevo presidente Trump ha sido un desastre: no se le han visto iniciativas serias, no ha conseguido aprobar sus primeras reformas (extranjeros y reforma sanitaria) y no avanza en su reforma fiscal y su Plan de inversiones, mientras se multiplican los errores políticos (relación con Rusia) y las dudas de que aguante toda la Legislatura (se empieza a hablar de “echarle”, del impeachment como a Nixon). Y en paralelo, la segunda razón: Europa mejora. Por un lado, se conjuran las incertidumbres políticas, tras la victoria de Macron en Francia y las encuestas favorables al nuevo triunfo de Merkel en septiembre, lo que propiciaría un fuerte eje París-Berlín para relanzar el proyecto europeo. De hecho, la propia Comisión Europea presentó ayer, 31 de mayo, un Libro Blanco donde plantea reformas de fondo para apuntalar al euro a medio plazo (Presupuesto europeo, Tesoro UE y un tipo de "eurobonos") . Y en el terreno económico, la zona euro ha crecido algo más en el primer trimestre de 2017 (+0,5%) y está subiendo la inflación en Europa (1,4% en mayo frente al 0,6% de noviembre), lo que indica que hay más actividad, más demanda, algo más de “alegría” en la economía europea.

La consecuencia es que el euro sigue fuerte, rondando los 1,12 dólares. Y que ahora los expertos apuestan porque seguirá así, porque el euro va a seguir subiendo, con altibajos, y puede cerrar el año entre 1,15 y 1,20 dólares por euro, sobre todo si Merkel gana las elecciones alemanas en septiembre y Macron consigue reanimar la economía francesa, mientras Grecia parece salir del bache (muy despacio y con un altísimo coste social) y Portugal mejora. En paralelo, el euro se fortalece también frente a la libra: hoy cotiza a 0,8732 libras por euro, lo que significa que el euro se ha revalorizado un 14,75% frente a la moneda británica desde el Brexit de junio.

Podría parecer que si el euro sube y se fortalece es una buena noticia para los europeos. Pero no es así. Tener una moneda demasiado fuerte es un mal negocio para Europa, porque es un continente muy abierto, que exporta fuera el 13% de lo que produce (PIB). Y ahora, con la subida del euro, todos los productos europeos se han encarecido automáticamente un 8%, así que son más difíciles de vender en Asia, América y el resto del mundo. Esta revalorización del euro afectará negativamente al crecimiento de todos los paises, pero muy especialmente de Alemania, la “locomotora” del continente, que exporta el 60% de sus productos fuera de Europa y que va a exportar y crecer este año menos si el euro sigue fuerte.

Pero un euro fuerte hace aún más daño a España que al resto de Europa, según un estudio de Goldman Sachs. Y eso porque España exporta muchos “productos intermedios” a Alemania y Francia, por ejemplo, y si estos paises exportan menos fuera de la zona euro, también nos comprarán menos. Un recorte indirecto que se suma al recorte directo que pueden sufrir las exportaciones españolas al resto del mundo por el efecto de la subida del euro, que encarece nuestros productos un 8%. Y eso es preocupante porque un 48% de todas las exportaciones españolas se dirigen a paises no euro, que suelen pagar en dólares ahora devaluados, con lo que comprarnos les sale ahora más caro. Y recordemos que las exportaciones son uno de los motores claves del crecimiento: aportaron en 2016 la octava parte del crecimiento español (0,5% del 3,2% que creció el PIB).

Pero el daño del euro fuerte no acaba ahí, en encarecer y dificultar nuestras exportaciones. Es un torpedo para el turismo, otro de los motores del crecimiento español: si el euro sube un 8% significa que los turistas de fuera de la zona euro han de pagar un 8% más por venir a España, que los viajes y hoteles les cuestan más. Y eso afecta a un tercio de los turistas que vienen, a 26,63 millones de turistas que vienen de la Europa no euro (sobre todo Reino Unido), de América, Asia, Oriente Medio y resto del mundo. Especialmente preocupante es la caída de la libra frente al euro (casi un 15% desde el Brexit), que se puede notar este verano con los turistas británicos (17,8 millones, el 23,6% de todos los turistas que llegaron a España en 2016).

Eso sí, un euro fuerte también tiene algunas consecuencias positivas, ya que abarata las importaciones, con lo que todos los productos que compramos fuera son un 8% más baratos. Eso debería afectar sobre todo al petróleo, que está subiendo en dólares pero que nos cuesta menos en euros. Con lo que deberían bajar los carburantes (gasolina y gasóleo), aunque menos de lo que sube el euro, porque las petroleras no suelen trasladar toda la bajada al precio final. También es bueno un euro fuerte para que los españoles viajemos al extranjero (fuera de la Europa del euro), porque nos costará menos.

Y hay un tercer efecto negativo del euro fuerte del que no se habla. Los empresarios del turismo y los que exportan intentan contrarrestar esta subida del euro, que encarece sus productos y servicios, recortando otros costes, para subir lo menos posible sus precios. Y donde lo tienen más fácil es en los salarios: tratarán de que no suban o incluso que bajen. Y si estaban pensando en aumentar la plantilla (del hotel o la empresa exportadora), no lo harán para contrarrestar la subida del euro. Así que si cae el dólar y sube el euro, será más difícil que suban los sueldos de los trabajadores españoles. Así de claro. Y con ello, las familias tendrán menos para gastar, sobre todo ahora que encima sube la inflación. Y eso hará que España crezca algo menos en 2017 (se espera un +2,8%) y se creen menos empleos (se esperan +420.000).

Así que, como se ve, lo que haga el euro nos afecta a todos, de una u otra manera, desde el turismo, las exportaciones, los salarios y el empleo. Y poco se puede hacer, porque el futuro de la cotización del euro va a depender de lo que haga Trump y de la marcha de Europa, de cómo se resuelvan múltiples incertidumbres interrelacionadas. Pero dicho esto, algo sí se puede hacer, tanto a nivel de Europa como de España. En el continente, la Comisión Europea debería poner en marcha un Plan de reactivación de la economía europea, para compensar con inversiones públicas y más gasto el esperado recorte de las exportaciones por el euro fuerte. Y lo mismo en España: el Gobierno y la oposición deberían acordar un Plan de choque, para compensar los daños a la exportación y al turismo de un euro fuerte. Con medidas específicas a ambos sectores y reanimando las inversiones públicas y el gasto, no con los recortes previstos en el Presupuesto 2017. Y se puede hacer si mejora la recaudación, si el Estado ingresa más (podrían conseguirse hasta 45.000 millones extras al año) reduciendo el fraude y haciendo que paguen más las grandes empresas, multinacionales y los más ricos.

En resumen, que cuando oigan hablar de la cotización del euro, sepan que es algo que les toca de cerca, que afecta directamente al crecimiento y al empleo, a su sueldo, por la vía de sus efectos sobre las exportaciones, el turismo y los costes de las empresas. Y que todo lo que sea un euro por encima de 1,05 ó 1,10 euros por dólar es preocupante y una mala noticia, aunque pueda servir para bajarnos algo los carburantes. Así que, ojo al euro.

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