jueves, 30 de junio de 2016

España y Europa: 20 años perdidos


Rajoy ha ganado las elecciones repitiendo que España ha crecido más y ha creado más empleo que el resto de Europa. Pero no ha dicho que hoy estamos más lejos de Europa que antes de la crisis: nuestra renta es el 92% de la media europea, cuando en 2007 estábamos por encima de la renta media de los 28, en el 105%. Hemos retrocedido a la distancia que nos separaba de Europa en 1995 y 1996. A lo claro: hemos perdido 20 años en nuestro acercamiento al nivel de vida europeo. Y somos el país 13 de los 28 con menor renta por habitante. La razón es doble: trabajamos menos gente y trabajamos peor que en Europa. Y esto porque tenemos empresas más pequeñas, menos industrias y demasiados servicios, menos tecnología, menos exportadores, menos formación y una economía menos digital. Urge un cambio de modelo económico, para ser más competitivos, y recuperar la distancia perdida con Europa. Debería ser el objetivo de todos para la próxima década.
 
enrique ortega

La reciente historia de España es una dura carrera por acercarnos a Europa, por no perder el tren de su crecimiento y su nivel de vida. En 1930 teníamos un 53% de la renta media de los 15 mayores países europeos, según el histórico economista Julio Alcaide. Con la guerra civil y la II Guerra Mundial, la distancia aumenta hasta el 44% de su renta en 1945. Y a partir de ahí, mejoramos lentamente hasta alcanzar el 59,1% de la renta media europea en 1960, el primer año que empieza a medirlo Eurostat. Y con el desarrollismo español de los 60 y primera mitad de los 70, la distancia con Europa se reduce más, hasta alcanzar el 79,9% de su renta en 1975. Pero llegan las crisis de los 70 y 80 y España ingresa en la UE, el 1 de enero de 1986, con sólo el 71,6% de la renta de los 12 países comunitarios entonces. Vuelven años buenos y en 1992 llegamos a un acercamiento récord: tenemos el 80,9% de la renta media europea. Nueva crisis y nuevo salto en el crecimiento español, entre 1996 y 2007, que nos permite superar la renta media europea (el 101% en 2002) y llegar a un récord : alcanzar el 105% de su renta en 2007.

Pero llega la gran recesión de 2008 y como ya había pasado antes, España cae más que el resto de Europa (también creció más en los años buenos). Y los recortes de ZP y Rajoy hacen el resto. La consecuencia es que España desanda el camino y se aleja de Europa. En 2010 ya estamos por debajo de la media (99% de su renta) y en 2015 teníamos el 92% de su renta (100% la UE-28), según el dato publicado por Eurostat hace unos días. Y la distancia es aún mayor si tomamos el nivel de vida de los 19 países del euro (92 frente a 106%). Con ello, España retrocede a la distancia con Europa que teníamos en 2005 y 2006, cuando tuvimos también el 92% de la renta media europea. O sea, 20 años perdidos.

Con estos últimos datos de 2015, España es el país nº 13 por nivel de renta (PIB por habitante) entre los 28 países de la UE. Estamos muy lejos del nivel de vida de los más ricos: tenemos un 92% de la renta media UE frente al 271% de Luxemburgo (triple renta que España), Irlanda (145% de la renta media UE), Holanda (129%), Austria (127%), Alemania (125%), Dinamarca (124%) y Suecia (123%). Y también lejos de Bélgica (117% de la renta media UE-28), Reino Unido (110%), Finlandia (108%), Francia (106%) e Italia (95% de la renta media UE). Y sólo estamos por delante de la renta de Portugal (77% de la media UE), Grecia (71%), Malta (89%), Chipre (81%) y once paises del Este de Europa.

Esto España como país. Pero a su vez, aquí dentro hay muchas diferencias de renta entre las autonomías. Y así hay 5 regiones españolas que están por encima del 100% de la renta media europea, según datos de Eurostat (2014): Madrid (tiene el 128% de la renta media UE-28), País Vasco (122%), Navarra (116%), Cataluña (111%), Aragón (103%) y la Rioja (102%). Pero las 11 autonomías restantes, más Ceuta y Melilla, tienen una renta por debajo de la media europea. Y todas, salvo Baleares (99% de la renta UE-28) están por debajo de la renta media española (92% de la renta UE-28). Entre el 75 y el 90% de la renta media europea están Castilla y León (89%), Cantabria (86%), Asturias (84%), Galicia (83%), Comunidad Valenciana (82%), Canarias (81%), Murcia y Ceuta (77%) y Castilla la Mancha (76%). Y en el furgón de cola, entre las 50 regiones europeas con menos renta, están Andalucía (70% de la renta media UE-28), Melilla (70%) y Extremadura (65%).

Esto en cuanto a la renta media (PIB por habitante). Pero Eurostat publica otra estadística que indica mejor la riqueza relativa de cada país: la capacidad de consumo per cápita, que tiene en cuenta no sólo la renta sino los precios de cada país, para comparar mejor el bienestar de los europeos. Y aquí, España sale perdiendo: su nivel de consumo per cápita es el 88% de la media europea (en renta era el 92%) y el 88% frente al 105% de los paises euro. También aquí hemos desandado el camino con la crisis, porque en 2007 nuestro consumo per cápita era justo el 100% de la media europea. La capacidad de compra también ha caído respecto a 2007 (pero menos) en Francia, Reino Unido, Italia, Portugal, Grecia e Irlanda, aunque ha subido en Alemania, Bélgica, Austria, Luxemburgo y Dinamarca, paises cuyos ciudadanos tienen ya más capacidad de consumo que antes de la crisis.

En resumen, que estamos más lejos de Europa en riqueza y capacidad de compra. Y aunque la brecha puede mejorar algo en los próximos años porque España pierde población (las estadísticas son en PIB por habitante), será insuficiente para igualarnos. Por eso, el próximo Gobierno, cualquier Gobierno, debería tener como objetivo que los españoles vivieran como el resto de europeos, recuperar el camino perdido. Para ello, tenemos que saber  por qué somos más pobres que 12 paises de los 28 países europeos. Y corregirlo.

¿Por qué tenemos menos renta (92%) que la media de Europa? La causa es doble: porque en España trabaja menos gente y trabajan peor, con menos eficacia. Primero, en España trabajan sólo el 56% de los adultos, frente al 64,9% en Europa (UE-28) y el 73,8% en Alemania, según datos de Eurostat (2014). Eso significa que si trabajaran tantos españoles como en Europa, debería haber 2.678.392 personas más trabajando.  Y si fuéramos como Alemania, deberían trabajar 5.356.785 españoles más. Pero no bastaría con eso: la segunda razón de nuestro retraso es que trabajamos peor, con menos eficacia. Más de la mitad del retraso que tenemos con Europa se debe a la menor productividad de España, según un estudio de la Fundación BBVA e IVIE. A que cada español produce menos por hora: la productividad del trabajo en España era de 31,3 euros por hora trabajada (3º trimestre 2015) frente a 46,1 euros por hora en Alemania, según un estudio de La Caixa. O sea, que cada trabajador español produce dos tercios de lo que produce un trabajador alemán.

Veamos el por qué. Hay dos razones. Una, que en España tienen más peso sectores económicos que exigen más personal y son menos productivos, como la construcción, el comercio, el turismo o la hostelería, y tienen menos peso sectores con más tecnología y menos personal, más productivos. Ello explicaría una parte, la más pequeña (el 17,6%) de la diferente productividad entre España y Alemania, según el estudio de la Caixa. La otra causa es la importante, porque explica el 82,4% de la diferencia de productividad: que España es menos productiva que Alemania en cada sector y empresa, sean los mismos o diferentes.

Y ¿por qué nuestras empresas son menos productivas que las alemanas? Los expertos aportan varias razones. La primera y más importante, el tamaño de las empresas. De las 2.779.146 empresas censadas en España en 2015, el 94,5% eran microempresas (0-9 trabajadores), un porcentaje mayor que en Europa (92,1%) y muy superior al de Alemania (81,8% microempresas), según Eurostat. También tenemos muchas más pymes (10-49 trabajadores) y menos empresas medianas y sobre todo grandes (+250 trabajadores): en España son el 0,1 % del total (3.918 grandes empresas), frente al 0,5% en Alemania (más de 9,000). Y está demostrado que las grandes y medianas empresas son más productivas que las pymes, consiguen más capital y mejor financiación, exportan más y crean un empleo más estable y mejor pagado. Si España tuviera la misma estructura empresarial de Alemania, la productividad de nuestra economía sería un 13% mayor, según cálculos del Círculo de Empresarios. Produciríamos 142.000 millones más al año. Sólo por eso.

Pero hay más razones para que seamos menos productivos (y tengamos menos renta). Otra importante es la tecnología. En España, los recortes en Ciencia (-2.183 millones entre 2012 y 2016) han llevado a que sólo invirtamos el 1,23% del PIB en tecnología, frente al 2% en Europa (y el 2,84% en Alemania). Y este retraso es aún mayor en las empresas privadas: las empresas españolas invierten sólo el 53% del gasto español en tecnología, mientras en Alemania las empresas invierten el 68% del total. Y eso se traduce en lo que fabrica cada país: España fabrica en sectores de baja tecnología (alimentos, calzado y textil) y media (coches, maquinaria), mientras Alemania y los paises europeos más competitivos (y más ricos) fabrican más en sectores de media y alta tecnología, vinculados a grandes empresas.

Otro factor clave es el peso de la industria, que ha caído drásticamente en España (del 39% del PIB en 1977 al 15,5% actual), mientras en Europa supone el 19% (UE-28) y en Alemania aporta el 25% de la producción, con mayor productividad que los servicios o la construcción, que tienen más peso en España. También explica la mayor o menos riqueza que un país consiga exportar más. Y España es el 5º país europeo con menos peso de las exportaciones (el 23,63% del PIB), sólo por delante de Chipre, Grecia, Reino Unido y Francia, pero muy alejado de Alemania (las exportaciones aportan el 39,6% del PIB), Irlanda (51,5%), Portugal (27,8%) y muchos países más pequeños como Bélgica (exportaciones suponen 87,8% del PIB) y Holanda (75,35% del PIB). Y eso pasa porque en España sólo exportan 150.000 de los 2,77 millones de empresas. Y de ellas, menos de 50.000 de forma habitual.

Un factor decisivo de nuestra menor riqueza y productividad es la baja formación de los españoles: un 45% de los adultos (25-64 años) tienen un nivel educativo bajo (sólo con la ESO acabada o ni siquiera) frente al 21% en Europa (UE-21), el 24% de la OCDE o el 14% en Alemania. Y tenemos también menos adultos con formación media (Bachillerato y FP básica), un 22% en España frente a un 48 % en Europa, mientras por arriba estamos a la cabeza en universitarios, un 32% en España frente al 29% en la UE, todo según datos de la OCDE. Y también hay otros factores que juegan en contra de nuestra productividad: los mayores costes financieros (aunque han bajado los créditos a pymes), los mayores costes de la energía (entre un 10 y un 20% superiores) y los mayores costes logísticos y de transportes (además, estamos en “una esquina” de Europa). Eso sí, nuestras empresas pagan menos impuestos “efectivos” que en la mayoría de Europa y pagan salarios más bajos: 15,8 euros por hora trabajada frente a 21,8 euros en la zona euro y 25 euros en Alemania, según Eurostat.

Vistas las causas de que seamos más pobres y menos productivos que la media europea, se puede vislumbrar el camino para recuperar la distancia perdida. Por un lado, hay que conseguir que trabajen más españoles, al menos 3 millones más. Y eso pasa por una política económica que reanime el consumo y la inversión, con un mayor gasto e inversiones públicas, mayores salarios y ayudas a la contratación estable. Por otro, hay que actuar sobre los grandes problemas de fondo que nos restan productividad: conseguir empresas más grandes (facilitar las fusiones), apoyar la reindustrialización, destinar más recursos a la innovación y la tecnología, favorecer la digitalización de las empresas y la economía, fomentar las exportaciones y, sobre todo, invertir en formación y educación, en capital humano.


Son tareas a medio plazo, que exigen un Pacto político y social para caminar todos en la misma dirección: conseguir una economía más competitiva, que crezca más y cree más empleo y riqueza. Que nos acerque a Europa, que no se va a quedar parada esperándonos. Tenemos que forzar el paso para recuperar el retraso en la próxima década. Debería ser un reto de todos, como país.

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