jueves, 30 de julio de 2015

Menos impuestos y un Presupuesto electoral


Rajoy no se ha cortado al utilizar la economía para ganar las próximas elecciones. Primero, adelantó al 1 de julio la bajada de impuestos prevista para 2016 (rebaja mínima: 16 euros para la mitad de los contribuyentes). Segundo, bajará la luz un 2,2% el 1 de agosto (con trampa, y aun así, el recibo subirá en 2015). Tercero, un Fondo de ayudas sociales y contra la pobreza (tras haberlas recortado a la tercera parte).Y lo más inaudito: mañana aprobará un Presupuesto para 2016, que impondrá al Gobierno que se elija en diciembre. Con él, intenta ofrecer algunos “regalos” más a los electores: subidas a pensionistas y funcionarios y unas cuentas “más alegres” tras cuatro años de recortes. Son medidas de una gran “desvergüenza política” pero con algo positivo: reanimarán la economía y crearán más empleo, las bazas de Rajoy para ganar las elecciones. Eso sí, incumplirán el déficit que impone Bruselas. Pero cuando se sepa, será ya 2016. Y si nos imponen más recortes, ya habremos votado.
 

enrique ortega


El Gobierno Rajoy impuso en 2012 la mayor subida de impuestos de la democracia, aumentando el IRPF, el IVA, Sociedades y los demás impuestos, lo que restó ingresos a los españoles y empresas, recortando el déficit pero agudizando la recesión. Y en 2014, anunció una mini reforma fiscal, que bajaba los impuestos en 2015 y 2016, aunque menos de lo que los había subido. Este 1 de enero empezó la primera rebaja, en el IRPF y Sociedades, y el 10 de julio, el Consejo de ministros Gobierno decidió “adelantar” al 1 de julio una segunda rebaja en la Renta (IRPF), intermedia a la prevista para 2016. Si para el año que viene los tipos del IRPF bajan al 19%-45% (según ingresos), ahora en julio los han puesto en una franja del 19,5%-46%, inferior a la que regía desde enero (20%-47%). Y lo mismo en los tipos que se aplican al ahorro (cobro intereses y dividendos), que quedan en el 19,5-23,5%.

Con este “regalo sorpresa”, el Gobierno Rajoy dice que los contribuyentes van a pagar 1.500 millones de euros menos este año en el IRPF, una media de 75 euros por persona, que se notará en las nóminas desde julio (al bajar las retenciones). Pero lo que no dice es que la rebaja no es igual para todos: es mayor para los que más ganan. Así, el tipo del IRPF baja un 0,5% para los que ganan hasta 35.000 euros y un 1% para los que ganan más. Con lo que los contribuyentes con ingresos inferiores a 12.450 euros se ahorran 3,8 euros en estos 6 meses de 2015, los que ganan entre 12.450 y 20.200 se ahorran 35,4 euros y los que ganan más de 60.000 euros se ahorran 861,9 euros, según el cálculo de la asociación de inspectores de Hacienda Gestha, para quienes esta rebaja del Gobierno supone un ahorro medio de 16 euros para la mitad de los contribuyentes. Vamos, que no es para tirar cohetes.

Vayamos al segundo “regalo”, la bajada de la luz un 2,2% desde el 1 de agosto. Primero, hay que decir que tiene “truco”. Dicen que la hacen porque han saneado las cuentas del sector eléctrico, pero la realidad es otra: la hacen porque nos habían cargado en el recibo un extra de 200 millones de euros para ayudar a las centrales térmicas a quemar carbón nacional y ante la demora del Gobierno para dotar de un marco legal a esas ayudas, han decidido devolverlas, ya que no se usarán en 2015. O sea que nos devuelven vía rebaja algo que ya nos cobraron y que no se ha gastado por negligencia del Gobierno. Eso sí, a cambio, y para evitar más broncas con los mineros y la industria del carbón (que estuvieron a punto de hacerles perder las elecciones en Castilla y León), el mismo Consejo de ministros del 10 de julio aprobó adelantar las prejubilaciones de los mineros, así que lo que nos ahorramos con el recibo de la luz lo pagaremos todos vía Presupuestos. Y además, esta rebaja del 2,2% será insuficiente para compensar el 7,25% que ya ha subido la luz en el primer semestre de  2015.

Tercer “detalle” del Gobierno Rajoy: aprobar 59,9 millones de ayudas para un Fondo contra la pobreza (32 millones), para el Plan concertado (27,2 millones) que financia las ayudas sociales que prestan los Ayuntamientos (comedores, albergues, ayudas y servicios) y para el Plan de desarrollo gitano (412.500 euros). Suena “muy social”, pero lo que no dice el Gobierno es que este dinero es la tercera parte del que se daba en 2011, antes de llegar ellos al Gobierno, cuando recortaron drásticamente estas ayudas, a pesar de que España es el noveno país de Europa con más pobreza: un 27,3% de los españoles están en riesgo de pobreza o exclusión social (2013), según los criterios europeos (indicador AROPE).Son 12,6 millones de españoles, a los que ahora Rajoy ofrece una limosna de 59,9 millones de euros, cuando haría falta un Plan de choque contra la pobreza con 12.000 millones de euros.

Y vayamos a la cuarta baza electoral, los Presupuestos para 2016, que el Gobierno aprueba mañana, algo inaudito en democracia: el Parlamento trabajará en agosto, para aprobarlos en octubre, antes de disolver las Cortes por las elecciones de diciembre. Por un lado, es una imposición de Rajoy al futuro Gobierno: nacerá con este Presupuesto, que deberá cambiar a golpe de decretos leyes o con otro Presupuesto (si consigue mayoría para cambiarlo). Y sobre todo, es un intento de aprovechar el Presupuesto como “baza electoral”, presentando unas cuentas “más alegres” tras cuatro años de duros recortes. Así, se espera que suban las pensiones (tras años de congelación y una mínima subida del 0,25% en 2015) y los sueldos de los funcionarios (que podrían recuperar la extra). Que aumente el gasto en algunas infraestructuras (AVE), en personal público (tras los recortes de plantillas en sanidad y educación) y en algunas partidas sociales, como Dependencia y ayudas a la familia. Incluso que Educación suba las becas y recupere las ayudas para libros (suprimidas en 2012).

Un mayor gasto para 2016 que dicen es compatible con reducir el déficit público porque habrá ahorros en dos partidas clave: el pago de intereses de la deuda (podrían reducirse en más de 2.000 millones) y en el pago a los parados (otros 2.000 millones menos, a pesar de que la mitad de los más de 5 millones de parados EPA no cobran nada). Y además, dicen, se recaudará más porque España crecerá más. No será fácil que las cuentas salgan. Primero en este año 2015. Porque el objetivo prometido a Bruselas es bajar el déficit público del 5,7% en que cerró 2014 al 4,2% del PIB fijado para este año, lo que supone un recorte de 15.000 millones, bastante difícil de conseguir si el Gobierno hace dos bajadas de impuestos (enero y julio) y si además las nuevas autonomías (que tienen que recortar 10.000 millones) gastan más, como así han prometido los nuevos gobernantes. Pero es que además, para 2016, el objetivo fijado con Bruselas es un déficit del 2,8% del PIB, lo que significa que España tiene que recortar otros 14.000 millones en 2016. Algo aún más imposible, con nuevas bajadas de impuestos y más gasto (en autonomías y con el Presupuesto 2016), por mucho que se crezca.

En definitiva, que Rajoy aprueba más rebajas de impuestos y un Presupuesto electoral, más alegre en el gasto, sabiendo que no va a cumplir con las exigencias de déficit de Bruselas. Pero no le preocupa. Primero, porque sabe que ni Merkel ni los conservadores de la Comisión se lo van a echar en cara ahora, porque no quieren restarle votos y que gane la izquierda o Podemos (con Grecia tienen bastante). Y segundo, porque cuando se sepa el déficit real de 2015 será en febrero de 2016 y si hay que hacer más recortes, impuestos por Bruselas, ya no será un problema para el Gobierno que esté: ya habremos votado.

Y mientras, Rajoy intenta ganar las elecciones con la economía. Sus últimas medidas, bajar impuestos y gastar más en el Presupuesto 2016, son una desvergüenza electoral”, pero realmente van a servir para reanimar la economía, algo que debería haber hecho hace dos años, no ahora. Por un lado, los españoles tendrán algo más dinero para gastar y el gasto público también va a tirar. Con ello, la economía crecerá el doble, un 3,3 % en 2015 y un 3,1% en 2016 (frente al 1,4% en  2014). Y ello permitirá crear empleo, más que antes de la crisis porque ahora se “reparte” más: es un empleo a tiempo parcial y temporal, además de mal pagado. Así, la previsión del Gobierno es crear 602.000 nuevos empleos este año, que se sumarían  a los 433.900 creados en 2014. Más de un millón de españoles que vuelven a trabajar, que consumen y que pagan impuestos, ayudando a crecer más.

Si estas cuentas le salen a Rajoy (y le pueden salir con los regalos electorales aprobados), podrá  presentarse a las elecciones de diciembre con dos datos definitivos, con los que nos van a machacar estos meses. Uno, que en esta Legislatura han creado 18.400 empleos netos. Y el otro, que en España hay 420.700 parados EPA menos que cuando llegaron al poder en 2011. Es su baza electoral, que puede ser un espejismo para mucha gente, que no verá otros elementos del balance: la economía sigue sin ser competitiva, no tenemos un modelo de crecimiento y hay media España que ha salido muy mal parada de esta crisis (parados, pobres, jóvenes sin futuro, mujeres, mayores de 45 años), donde el Gobierno ha pisado muchos callos a demasiada gente, sin olvidar los recortes a las libertades.

Deberíamos ser un país de ciudadanos formados, a los que no engañaran con trucos electorales de última hora y que fuéramos al fondo de las cuestiones. Y el fondo es que, aunque la economía va mejor, España es el segundo país de Europa con más paro y el que tiene más deuda, dos losas sobre nuestro futuro. Un futuro que pasa por buscar un nuevo modelo de crecimiento estable y competitivo, que no se base en el turismo y la construcción, sino en la industria, las nuevas tecnologías  y la exportación. Y un futuro que sanee de una vez las cuentas públicas, con más ingresos (somos el segundo país del euro que menos recauda, un 38,3% del PIB frente al 46,7% en la zona euro, por culpa del elevado fraude fiscal), que permitan más gastos (el gasto público en España es uno de los más bajos de Europa, un 43,9% del PIB frente al 49,3% en la zona euro,), para consolidar el Estado del bienestar (educación, sanidad, gastos sociales y Dependencia), desmantelado por Rajoy. En definitiva, si fuéramos como los demás europeos, deberíamos recaudar 84.000 millones más, que nos permitirían reducir el déficit y gastar 54.000 millones más, sobre todo en educación, formación, tecnología, industria y exportaciones, las asignaturas pendientes de este país.

Pero quizás este esquema es demasiado complejo para unas elecciones, donde todo se juega en simples mensajes. Y aquí, Rajoy, tiene las de ganar, insistiendo en que ha creado empleo (precario y mal pagado) y ha bajado el paro (aunque haya más de 5 millones). Sobre todo si enfrente no hay alternativas de cambio real, políticas que exploren otros caminos para dinamizar la economía, recaudar más y gastar más para modernizar el país y mejorar el nivel de vida de los que más han perdido con la crisis. Yo no las veo.

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