lunes, 2 de febrero de 2015

Más autónomos: la mayoría no sobrevive


Uno de cada 5,5 empleos creados en 2014 fue un autónomo, la mayoría parados que montaron un negocio, animados por cotizar  sólo 50 euros a la SS (sólo 6 meses). Otros son falsos autónomos: las empresas les obligan a darse de alta si quieren trabajar. Así hubo 75.465 nuevos autónomos, el triple que en 2013. El Gobierno está eufórico, porque baja las cifras de paro, pero la mayoría no sobreviven: la mitad cierra antes de 3 años y a los 5 años sólo sobreviven un 39% de autónomos. Y vuelven al paro, que la mayoría no cobra. Ser autónomo es muy duro: cobran tarde y mal, no les financian, ganan poco y cotizan menos, con lo que tienen pensiones más bajas. El Gobierno debería desinflar el globo de los autónomos y ayudar a los que tienen un proyecto solvente, no como un atajo (temporal) para bajar el paro. Y que no nos engañen: el empleo estable lo crean las grandes y medianas empresas.
 
enrique ortega

A finales de 2014 había 3.125.806 autónomos en España (2 millones eran autónomos sin trabajadores), un aumento de 75.465, el triple de nuevos autónomos que en 2013 (+25.659). España fue el tercer país (tras Reino Unido y Francia) donde más crecieron los autónomos en 2014, el doble que la media europea. Y un 18% de los nuevos empleos creados en 2014 (1 de cada 5,5 nuevos afiliados a la SS) fueron autónomos. La previsión es que en 2015 haya otros 120.000 nuevos autónomos, con lo que habrá 221.124 altas de autónomos en estos tres años, todavía insuficientes para recuperar los 571.000 autónomos perdidos durante esta crisis.

Las mayores altas de autónomos se han dado en 2014 en el comercio (+17.011), actividades profesionales (+16.628), sanidad (7.889), educación (+6.393), construcción (+4.967), información y comunicación (+3.865) y hostelería (+1.890). Una parte de los nuevos autónomos son parados (sobre todo menores de 30 años) que han cobrado el paro de una vez y han montado un pequeño negocio. Otros son autónomos temporales, que se dan de alta para ofrecer algún servicio coyuntural a una empresa. De hecho, dos de cada tres empresas contratan entre 3 y 10 autónomos (“freelancers”) al año, según un estudio de Infojobs y Tower Lane, que añade que un 29% de las pymes recurren a autónomos para afrontar “picos de trabajo” sin aumentar plantillas. Y en otros casos, se trata de “falsos autónomos”: personal que trabaja establemente para la empresa, pero cotizando como autónomo.

Una gran parte del aumento de los autónomos se debe a estos “falsos autónomos”. Muchas empresas han forzado a sus empleados a elegir entre ser despedidos o seguir trabajando en su mismo puesto como autónomos, pagándose ellos su Seguridad Social(a veces se la pagan, incluso), sin vacaciones ni pagas extras ni indemnización por despido. Y otras, contratan así a sus nuevos empleados. Se estima que hay unos 245.000 “falsos autónomos, porque el INE censa 260.000 autónomos que dependen de una sola empresa y sólo 15.000 están dados de alta como TRADE, un contrato especial que les da más derechos (18 días de vacaciones y una indemnización por despido). Los “falsos autónomos” proliferan en la construcción, los profesionales (un 24% de los arquitectos y muchos periodistas, médicos o profesores) y hasta en la hostelería (camareros y empleados de hoteles).

El Gobierno está encantado con este “boom” de los autónomos (reales y ficticios), porque baja las cifras del paro y aumenta el empleo y los cotizantes. Y por eso, va a fomentar más el autoempleo en 2015, al permitir que los parados mayores de 30 años puedan cobrar el paro de una vez (ahora sólo el 60%). Y seguirá con “el gancho” de la tarifa plana de 50 euros a la Seguridad Social para autónomos, una “oferta” que tiene truco: los 52,88 euros de cotización en 2015 (en vez de los 264,44 euros de cotización mínima) son sólo los primeros 6 meses y luego se paga 132,22 euros los 6 meses siguientes y 185 euros los 18 meses siguientes (los menores de 30 años, el resto de nuevos autónomos sólo 6 meses más). Es pues una rebaja temporal, aunque esta tarifa plana provoca un agujero de más de 600 millones a las cuentas de la Seguridad Social, que siguen tirando de “la hucha de las pensiones”.

El problema de fondo es que todas estas ayudas a los nuevos autónomos, muy costosas, no cuajan. De hecho, el 27% de los nuevos autónomos sólo sobrevive un año, el 60% dos años, el 51% tres años, el 45% cuatro años y sólo el 39% de los autónomos sobreviven 5 años, según un informe de la Fundación BBVA e Invie. O sea, que casi dos tercios de los nuevos autónomos están llamados a desaparecer antes de 5 años. Las razones de esta “alta mortalidad” entre los nuevos autónomos son varias: muchos negocios se montan con poco dinero (5.000 euros es lo habitual), sin formación (el 43,5% de los autónomos tiene sólo estudios básicos, frente al 23,8% en la UE) y sin tener un Plan de negocio, en actividades poco innovadoras (tiendas, bares, Webs…), con poca tecnología (el 90%) y creando poco empleo (el 57% sólo el del autónomo y otro 36% crean entre 1 y 5 empleados).

Además, si el autónomo fracasa, lo más habitual es que no cobre el paro. Primero, porque para poder cobrar hay que cotizar aparte (un 2,2% extra) y sólo 640.038 autónomos (de los 3.125.806) cotizan para tener derecho a desempleo, poco (734 euros de media) y siempre que haya cotizado al menos 12 meses (tienen que cotizar 4 años para cobrar 1 año el paro). Además, las Mutuas (que pagan este paro) sólo aceptan el 20% de las solicitudes (3.000 de las 15.000 presentadas estos tres años). Por ello, el Gobierno aprobó en diciembre flexibilizar las condiciones, para que más autónomos puedan cobrar el paro a partir de 2015.

Los autónomos que sobreviven (un tercio), no lo tienen fácil, según el último Barómetro del autónomo de ATA: se les han desplomado las ventas, tienen mucha morosidad, la banca no les financia y ya ni piden créditos (sólo un 32,7% de los autónomos pidió financiación en 2014 y a un 46,3% se les negó) y un 65% no piensa crear empleo en 2015. Y además, trabajan más horas que los asalariados (45,1 horas semanales frente a 37,9, según UPTA) y cobran menos: declaran a Hacienda (en 2013) unos ingresos medios de 9.100 euros anuales (no llegan a mileuristas), la mitad de lo que declaran ganar los asalariados (18.691 euros). Incluso, un 35,5% de los autónomos están en el umbral de la pobreza, según un informe de CCOO.

Cobran menos y también cotizan menos a la Seguridad Social (el 80%, por los mínimos), con lo que cobran unas pensiones más bajas: 614,60 euros de pensión media (diciembre 2014), dos tercios de la pensión media de los asalariados (971,47 euros). Y ante estas bajas pensiones, ha caído el número de autónomos que se jubilan (14.479 hasta noviembre frente a 22.726 en 2013) y muchos autónomos optan por seguir trabajando después de los 65 años, con lo que han envejecido (7 de cada 10 autónomos tienen más de 40 años).

Este año 2015 “se vende” que los autónomos van a ingresar más, porque les bajan las retenciones a Hacienda, del 21 al 20% (y al 19% en 2016). Y no recuerdan que este Gobierno les subió las retenciones del 15 al 21%, en septiembre de 2012, con lo que siguen descontándoles más. Además, les han quitado este año el incentivo fiscal (reducción del 20% en el IRPF) por creación o mantenimiento del empleo, lo que podría suponer la desaparición de 70.000 empleos, según ATA. También les han subido un 1% las cotizaciones mínimas a la SS (y 0,25% las máximas). Y el incentivo de 100 euros para autónomos (y pymes) que contraten a un trabajador de forma indefinida, vigente desde marzo de 2014 (y que ha creado 180.000 nuevos empleos, según ATA) sólo se prorroga tres meses, hasta marzo de 2015, no todo el año, como pedían las asociaciones de autónomos.

En conjunto, ser autónomo no es nada fácil. De hecho, España es el peor país para hacerse autónomo en Europa, según la revista Forbes. Es algo que hay que tener presente antes de emprender un negocio, cuya clave es contar con un proyecto solvente y asesorarse bien, no cotizar 50 euros durante 6 meses. El Gobierno, en vez de promover la burbuja del emprendimiento” (sólo para bajar las cifras del paro), debería fomentar sólo los pequeños negocios con futuro, no engañar a los jóvenes con el atajo de un proyecto que acaba cerrando.


Hay que fomentar el emprendimiento, ayudar a crear pequeños negocios, sí, pero con más profesionalidad y garantías de viabilidad. Centrar los esfuerzos en fomentar empleo estable y con futuro, el que crean las medianas y grandes empresas, con menos peso en España (0,8%) que en otros países (1,3% en la UE, 3,1% en Alemania). No se trata de crear un millón de pequeños negocios que cierran a los pocos años, sino de fomentar la creación y fusión de empresas, más grandes, que aguantan mejor las crisis y crean más empleo.¡Basta de demagogia con los emprendedores¡. No hay atajos contra el paro.

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