jueves, 11 de septiembre de 2014

Curso escolar 2014-15: más recortes y LOMCE


Esta semana, más de 8 millones de niños y jóvenes de colegios e institutos vuelven a clase. Será el quinto curso con recortes, más duros porque el Gobierno Rajoy recortará otros 4.700 millones en educación en 2015, el doble que este año. Habrá menos profesores (para más alumnos), menos centros, menos medios y menos becas y ayudas, lo que supondrá un mayor coste para las familias. Y además, este curso se estrena la nueva Ley de Educación, la LOMCE, sólo en algunos cursos de primaria y FP, lo suficiente para poner patas arriba los centros. Al final, el descontento entre centros, profesores, estudiantes y padres es palpable, mientras varias autonomías boicotean la LOMCE y la han llevado al Constitucional. En octubre se anuncia una huelga de la enseñanza y todos los partidos (salvo el PP) anuncian que derogarán la LOMCE tras las elecciones. Un ambiente nefasto para que nuestros hijos se formen y aprendan. Urge gastar más en enseñanza y un gran pacto educativo.
enrique ortega

Empieza el quinto curso con recortes, para unos 8.100.000 alumnos matriculados en las enseñanzas no universitarias, desde infantil y primaria a la ESO, Bachillerato y FP. Tras una rebaja de 7.000 millones en el gasto educativo de 2009 a 2014, España reducirá su presupuesto educativo en otros 4.700 millones para 2015, el doble que en 2014 (-2.100 millones), según la previsión enviada por el Gobierno a Bruselas dentro del Plan nacional de Reformas 2014-2017. En total, el gasto educativo se reducirá al 3,90 % del PIB en 2015 (unos 39.000 millones), casi la cuarta parte menos que antes de la crisis (en 2009 se gastaba en educación 50.700 millones, un 5,07% del PIB).

Los recortes en educación los harán este curso sobre todo las autonomías, especialmente las 6 que incumplieron su objetivo de déficit en 2013 y a las que Hacienda ha pedido un recorte extra de sus presupuestos, ya este año y para 2015: Cataluña, Comunidad Valenciana, Castilla la Mancha, Murcia, Aragón y Navarra. Además, todas las autonomías tendrán que hacer nuevos recortes en 2015, como el Estado central, para cumplir con el objetivo de déficit exigido por Bruselas (4,2% del PIB), más exigente que el de este año. Por eso, el ministro Montoro ha enviado a las autonomías 255 propuestas de recortes de gastos y nuevos ingresos. Y 20 de estas propuestas afectan a la educación, que supone la tercera partida del gasto autonómico (22,6%), tras sanidad (31,4%) y gastos generales (26,1%).

Entre estos nuevos recortes para 2015, las autonomías barajan ampliar otro 10% el ratio de alumnos por clase (ya  subió de 25 a 35), reducir más profesores interinos, ampliar horarios a 40 horas (ya subieron de 35 a 37,5), reducir las escasas becas y ayudas, reducir el complemento específico y los sexenios de los docentes, reducir ayudas a los Ayuntamientos para guarderías y cobrar más algunos servicios, desde comedores al transporte escolar. Se trata de dar otra vuelta de tuerca a los recortes, centrándolos en los profesores, los horarios y los servicios, deteriorando aún más la calidad de la enseñanza.

Este curso 2014-2015 empieza otra vez con menos profesores y más alumnos: entre 2012 y 2013 se han perdido 24.248 profesores en la enseñanza no universitaria, según datos de Hacienda. Y CCOO estima que se han perdido 60.000 profesores desde 2009. Eso aumenta la masificación de las aulas (con una media de 27 alumnos en primaria y 33 en secundaria), pero sobre todo dificulta atender a los alumnos con problemas: menos refuerzos, desdobles (clases más reducidas algunos días) y recuperaciones, sobre todo en los institutos, los centros más afectados por los recortes. Y eso facilitará el abandono escolar, cuando en España el 22,7% de los jóvenes dejan de estudiar después de la ESO, el doble de fracaso escolar que en Europa.

Los recortes también se traducen en el cierre de algunos centros docentes públicos, en zonas rurales y algunos barrios de ciudades (Madrid ha eliminado 500 plazas en centros públicos, según CCOO). Además, los menores presupuestos obligan a los centros a recortar sus medios y servicios, desde calefacción y limpieza a laboratorios, prácticas o materiales. Y hay menos ayudas autonómicas: menos becas de comedor (mientras crece la malnutrición infantil), menos ayudas para libros (un millón de alumnos las perdieron en curso pasado, según un informe del Defensor del Pueblo) y menos ayudas al transporte escolar (que sube tarifas y recorta rutas).

Al final, los recortes no sólo deterioran la calidad de la enseñanza sino la economía de las familias españolas, un 35% con hijos escolarizados. El coste por hijo fue de 1.054,42 euros el curso pasado (+11,6%), según un estudio de AIS Group, aunque varía mucho entre Madrid (1.635€) o Barcelona (1.450€) y Extremadura (356€), la Rioja (468€) o Castilla la Mancha (602€). Otro estudio de la OCU, el curso pasado, subía el gasto medio por alumno a 1.268 euros en un centro público, 2.386 euros en uno concertado y 5.232 en uno privado. Y lo seguro es que el coste subirá este nuevo curso, no los sueldos.

Por si no fuera suficiente con los recortes y las menores ayudas, este curso se complica con la entrada en vigor de la nueva Ley de Educación, la LOMCE, aprobada en solitario por el PP a finales de 2013 y que ha sido recurrida al Constitucional  por varios partidos y cinco autonomías (Cataluña, Andalucía, Asturias, Canarias y País Vasco), mientras PSOE, IU, PNV y CiU han pactado que la derogarán si el PP pierde las próximas elecciones.

La LOMCE (la Ley Wert) se empieza a aplicar este curso, sólo a 1,5 millones de alumnos: los que hagan 1º, 3º y 5º de primaria  y los que se apunten a la nueva Formación Profesional básica, una vía que se abre en 3º de la ESO (y excepcionalmente al finalizar 2º) a los alumnos “retrasados”, con dos años de duración. Esta nueva FP ha sido duramente criticada por la asociación de padres CEAPA, que recomienda no seguirla porque se estrena sin planificación y sin medios (no se da en muchos institutos y exigirá cambios de centro y hasta de ciudad). Además, la LOMCE modifica algunas asignaturas en los cursos afectados (suprime Educación para la Ciudadanía, desdobla Conocimiento del Medio por Ciencias de la Naturaleza y Ciencias Sociales, refuerza Lengua, Matemáticas e Historia) y cambia horarios (ahora clases de 45 minutos) y libros de texto. Y fija un examen de reválida para los de 3º de Primaria. Además, se crea una nueva asignatura alternativa a religión (Valores Cívicos) y se refuerza la enseñanza de Matemáticas, Lengua a Inglés.

Por si no fuera complicado introducir una nueva Ley sólo en algunos cursos, los centros sufren además la “insumisión” de algunas autonomías, como Andalucía, Asturias, Cataluña, Canarias o el País Vasco, que no han aprobado los desarrollos curriculares para implantar la reforma, alegando falta de tiempo. Además, hay 8 autonomías (entre ellas dos del PP, Castilla y León y Cantabria) que han recomendado a los centros no cambiar los libros de texto este curso, para no aumentar gastos a los padres (tendrían que gastarse 200 millones en nuevos libros). De hecho, la introducción de la LOMCE obligará a editar 150 millones de libros nuevos en tres años y los editores no lo tienen claro, por si se deroga la ley.

Al final, entre recortes y cambios legislativos, se presenta un curso escolar muy difícil, en medio de un ambiente laboral muy caldeado, con una amenaza de huelga docente para octubre. Lo que está claro es que la enseñanza sufre una asfixia financiera, por falta de fondos tras 5 años de recortes. Y resulta que el país con más paro de Europa (tras Grecia) y con más abandono escolar es el 8º país europeo que menos gasta en educación, sólo por delante de Italia y 6 países del Este: un 4,82% del PIB en 2011 (el 4,37% en 2014) frente al 5,25% en la UE-28 y muy por debajo de los países punteros (8,75% Dinamarca, 6,82% Suecia, 6,76% Finlandia) e incluso de Reino Unido (5,88%), Francia(5,68%), Portugal (5,27%) o Alemania (4,98%). Es urgente dar un balón de oxígeno a la educación, gastando una década por encima de Europa, el 6 del PIB (unos 20.000 millones más al año). Y además, hace falta un gran pacto educativo, encabezado por centros, profesores y familias, para dar estabilidad a la enseñanza al menos una década y alejarla de las peleas políticas. Si no, el deterioro será cada año peor, en perjuicio de nuestros hijos y de su empleo futuro. ¡Basta ya¡

No hay comentarios:

Publicar un comentario