lunes, 9 de junio de 2014

Reactivación, no: vienen más ajustes


El Gobierno, tras perder 2,5 millones de votos en las europeas, quiere dar un mensaje positivo con un Plan de reactivación que es un bluff : poco dinero y sólo 175 millones nuevos, para comprar coches. Pura propaganda. Y mientras, nos esconden dos hechos. Uno, que han exigido un Plan de ajuste para este año a 6 autonomías que incumplieron el déficit en 2013: Cataluña, Comunidad Valenciana, Castilla la Mancha, Murcia, Aragón y Navarra. Y otro ajuste a 361 grandes Ayuntamientos donde viven 1,5 millones de españoles. Y por si fuera poco, Bruselas acaba de recordarnos que sin más ajustes no cumpliremos el déficit de 2015, con lo que exige a Rajoy que suba el IVA y otros impuestos y recorte más gastos. O sea, que en vez de reanimar la economía, nos esperan más recortes, este año y el próximo. Más de lo mismo, mientras el BCE aprueba medidas largamente esperadas para reanimar el crédito. Y cuando el 86,5% de españoles ven la situación económica “mala” o “muy mala”.
 
enrique ortega

Frente a la propaganda de la reactivación, empecemos por los ajustes que vienen. Primer hecho: Hacienda envió el 13 de mayo una carta a 6 autonomías que habían incumplido el déficit en 2013 para que en el plazo de un mes (esta semana) enviaran al Gobierno un Plan de ajuste de sus cuentas para este año 2014 y para 2015, detallando los gastos que iban a recortar y los ingresos extras que iban a conseguir. Los mayores ajustes los tendrá que hacer Murcia (1,58% de su PIB, 421 millones), seguida de Castilla la Mancha (0,83% PIB, 300 millones), Aragón (0,76% PIB, 247,3 millones), Comunidad Valenciana (0,73% PIB, 712,6 millones), Cataluña (0,38% PIB, 731,6 millones) y Navarra (0,35% PIB, 62,1 millones). En total, un ajuste extra de 2.474,7 millones de euros para hacer este año y que afecta a 18 millones de españoles y casi al 40% de nuestra economía.

Pero además de este ajuste extra para 6 autonomías, las 17 tendrán que hacer otro ajuste este año, para reducir su déficit del 1,53% del PIB en 2013 al 1% que tienen de tope en 2014. Son otros 5.300 millones de ajuste, que ya están en marcha en sus Presupuestos 2014. En total, casi 8.800 millones de ajuste autonómico en 2014, que sólo pueden salir por dos vías: recortando gastos y subiendo impuestos. De hecho, todas las autonomías se han visto obligadas a recortar sus gastos corrientes, a seguir reduciendo plantillas de interinos, a no invertir en instalaciones y a recortar más en educación, sanidad y gastos sociales, que son el 60% de sus Presupuestos. Y han subido los impuestos de sucesiones (herencias) y donaciones, el patrimonio, los del juego, tasas y vendido edificios.

El ajuste no se queda en las autonomías. Segundo hecho: Hacienda ha ofrecido a 361 grandes Ayuntamientos que están asfixiados y no pueden devolver los 4.574 millones que les prestaron, un balón de oxígeno: 2 años más para empezar a pagar  y 10 años más para devolverlos (ahora, en 20 años). A cambio, tendrán que enviar un Plan de ajuste, donde detallen los recortes y la subida de tasas para sostener los servicios municipales. Y la mayoría tendrá que pasar por el aro. Son grandes Ayuntamientos, como Alicante, Jaén, Marbella, Fuenlabrada, Torrevieja, Sanlúcar, Vélez-Málaga, Tortosa, Almendralejo, Villarreal Crevillent, Loja, Porriño o Xixona, más algunas Diputaciones, como Granada, Cáceres o La Gomera. En total, casi 1,5 millones de habitantes a sumar a los de otros 373 Ayuntamientos que ya se han acogido a Planes de ayuda a cambio de ajustes duros que pagan sus vecinos.

Y queda el tercer hecho, que de momento es una exigencia: la Comisión Europea acaba de reiterar, por enésima vez, que España no va a poder cumplir el objetivo de déficit en 2015: será del 6,1% del PIB, en vez del 4,2% que dice el Gobierno. Y por ello, exige al Gobierno que tome medidas para corregirlo. O sea, otro ajuste más, de 20.000 millones extras para el Presupuesto 2015, que se presenta en septiembre. Bruselas le dice a Rajoy que no puede bajar impuestos, como promete, sino subirlos: recomienda subir el IVA (cobrando el 21% a productos que hoy pagan el 10%, como alimentos y el turismo), subir los impuestos a los carburantes (son de los más bajos de Europa), al alcohol y al tabaco, crear impuestos medioambientales, subir los impuestos a la vivienda (el IBI) y reducir las deducciones a empresas (sociedades) y ciudadanos (quitar la deducción por vivienda en el IRPF, con efecto retroactivo). Además, proponen seguir con los recortes en sanidad (gasto farmacéutico en hospitales), pensiones y desempleo, exigiendo a Rajoyrealizar antes de febrero de 2015 una reducción sistemática del gasto en todos los niveles de la Administración”.

Los deseos de Bruselas son órdenes, aunque Rajoy dice que no subirá el IVA. Pero algo tendrá que hacer, porque ya le han dicho varias veces que no puede bajar impuestos y que tiene que seguir con los recortes y la subida de impuestos, no sólo en 2015 (año electoral) sino en 2016: Bruselas exige otro ajuste de 14.000 millones más, para bajar el déficit al 2,8%.

Así que hay tres ajustes en el horizonte inmediato, a nivel autonómico, municipal y estatal, para lo que queda de 2014 y en 2015 y 2016. Más recortes de gastos, que pondrán al límite el Estado del Bienestar, y más subidas de impuestos, aunque se quieran camuflar con algunas bajadas. Y estos nuevos ajustes van a frenar de nuevo la recuperación, reduciendo el consumo, las ventas y la inversión, debilitando el crecimiento y el empleo, como ha pasado desde 2010. Un suicidio económico que no se puede enmascarar con un Plan de reactivación para la galería que es un bluff: el Gobierno sólo aporta 3.630 millones para reindustrialización e inversiones (más 4.400 millones en créditos), pero no es dinero nuevo, sino fondos europeos y Planes que estaban ahí y se presentan juntos de otra manera, para que haga bonito. Sólo hay 175 millones nuevos, del Plan PIVE 6, para subvencionar la compra de coches. Demasiado poco para reanimar una economía estancada (crecemos el 0,4%) y amenazada por próximos recortes.
Bruselas y los políticos europeos, que también perdieron votos el 25-M, han presionado al BCE para que les saque las castañas del fuego y apruebe medidas para reactivar la economía europea, que apenas crece. Y Draghi ha sacado toda su artillería, con tres medidas que llevaba 8 meses retrasando: rebaja del precio oficial del dinero al 0,15% (más testimonial que efectiva), penalizar el dinero que los bancos depositan  en el BCE y no mueven (cobrándoles el 0,1%) y, sobre todo, prestar 400.000 millones a los bancos europeos para que den créditos a empresas y particulares (no para hipotecas), a partir de septiembre. Esta futura liquidez debería bajarle los humos al euro (todavía por encima de 1,36 euros/dólar), lo que ayudaría mucho a las exportaciones y al turismo español. Y debería aumentar los precios en Europa, alejando el problema de la baja inflación, más grave para España y la Europa del sur, porque desalienta el consumo, la inversión y el empleo, además de encarecer el pago de la deuda.

Las medidas del BCE deben ayudar a un mayor crecimiento de Europa y España, pero aún son insuficientes. Porque  para que el sur de Europa se reanime y sus empresas pidan créditos y creen empleo hace falta reanimar el consumo y la economía, además de ayudar a los países y empresas a pagar sus deudas (con eurobonos y quitas). Pero ni Bruselas ni Merkel (que defienden a los bancos acreedores) quieren mutualizar y reducir la deuda ni aprobar un Plan Marshall europeo para reactivar las economías, con inversiones de 250.000 millones anuales durante 10 años, como proponen los sindicatos.

Las elecciones europeas han sido un aviso, pero la derecha y los fundamentalistas del déficit  siguen en el poder en Bruselas y en Madrid y no parece que nada vaya a cambiar, salvo Planes y medidas de reactivación para la galería, mientras siguen dictando planes de ajuste para la Europa del sur, dificultando su recuperación. Hace falta un cambio real de política económica, en Europa y más en España, porque tenemos más del doble de paro. Hay que hacer un Plan de reactivación de verdad, con recursos suficientes que han de salir de una mayor recaudación, haciendo que paguen impuestos las grandes empresas (sólo pagan un 4% de sus beneficios), las multinacionales y los más ricos. Un Plan que ha de centrarse en fomentar la inversión en la industria, la tecnología y la formación de empleados y parados, a la vez que suben los salarios en los sectores con beneficios, para aumentar el consumo (no es de recibo, por ejemplo, que los hoteleros de Baleares, con récord de turistas, ofrezcan a sus trabajadores salarios congelados para los próximos 4 años: así no hay recuperación posible). Y un Plan con ayudas de urgencia para los que más sufren la crisis: pobres, parados y familias.

La economía sigue con un pulso débil y un 86,5% de españoles ven la situación económica como “mala” o “muy mala”, según el Barómetro del CIS (mayo), por mucho que hagan propaganda de la recuperación y del empleo (escaso y precario). España necesita crecer mucho más y crear mucho más empleo estable. Así no se consigue, incluso con la gran ayuda de las últimas medidas del BCE. Y menos con los ajustes que vienen. El problema es que siguen mandando los mismos, aunque con menos votos. Y se empecinan en su política de ajustes, con pequeños retoques de cara a la galería, esperando ganar tiempo y que la economía mejore para las elecciones de 2015, aprovechando que la oposición está hundida y dividida. Así, con estas políticas, nos costará el doble salir de la crisis. Y muchos se quedarán por el camino.   

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