lunes, 14 de octubre de 2013

Las grandes empresas apenas pagan impuestos


En 2014, el Gobierno Rajoy volverá a aplicar su receta: más impuestos y más recortes para bajar el déficit, a costa de estancar la economía y no crear empleo. Pero hay otra vía: ingresar más, que paguen impuestos los que apenas pagan. Las grandes empresas sólo pagan el 4% de sus beneficios y las multinacionales (Google, Apple, Amazon...) ni eso. Mientras, las pymes pagan el 15% y las familias un 12% de sus rentas. Si grandes empresas y multinacionales pagaran lo que deben, recaudaríamos hasta 15.000 millones más al año. Y habríamos evitado los duros recortes en Sanidad, Educación y Dependencia. Hace falta una reforma a fondo del impuesto de sociedades, para terminar con los “regalos fiscales” que hizo Zapatero en 2007 a las grandes empresas. Curiosamente, Rajoy les está haciendo pagar más, aunque menos que al resto. Ahora que recuperan beneficios, las grandes empresas deben pagar más impuestos. Y la mayoría menos.
                                
                                                                                                Enrique Ortega
Lo acaba de decir Hacienda: las grandes empresas siguen sin pagar apenas impuestos. Sólo han tributado un 4,13% de sus beneficios en 2012, según los Presupuestos 2014 enviados al Congreso. En 2011, según la Memoria Tributaria, las grandes empresas españolas (4.000 grupos y 32.000 empresas) habían pagado a Hacienda sólo el 3,5% de sus beneficios, mientras el total de empresas (algo más de 1 millón) habían pagado el 8,8% de sus beneficios. Algo que contrasta con el 15% pagado por las pymes y el 11,9% de su renta bruta pagado por las familias españolas.

Las grandes empresas pagaron en 2011 a las arcas públicas 3.012 millones de euros, la cuarta parte que en 2006 (12.673 millones). Y eso, no porque les hayan caído tanto los beneficios (bajaron un 31%, mientras sus impuestos cayeron un 76%), sino gracias a los “regalos fiscales” que les hizo el Gobierno Zapatero en 2007, con la excusa de fomentar la inversión y el empleo. Por un lado, les bajó el tipo nominal de sociedades del 35 al 30%. Pero, sobre todo, les creó un abanico de exenciones, deducciones y beneficios fiscales que reducían al mínimo la tributación. Y todo ello, con más ventajas para los grandes grupos que para el conjunto de empresas. Por un lado, las normas fiscales de los grupos consolidados permiten compensar los resultados entre las compañías del grupo: restar las pérdidas de unas de los beneficios de otras. Y por otro, son las grandes empresas las que mejor pueden aprovechar las deducciones y beneficios fiscales creados en 2007.

El resultado de estos beneficios fiscales, junto a la crisis, fue un agujero en los ingresos: la recaudación por sociedades pasó de 44.823 millones en 2007 a 16.611 millones en 2011, la tercera parte. Y con ello, España se convirtió en el país europeo donde las empresas pagan menos impuestos, sólo por delante de los países bálticos, Eslovenia y Hungría: la recaudación por sociedades (2011) suponía un 1,9% del PIB, frente al 2,5% de media europea (y el 2,3 % en Italia o Francia, el 2,6% en Alemania o el 3,1% en Reino Unido).

Y  en esto, Rajoy llega al poder a finales de 2011. “Nos encontramos con que algunas empresas del IBEX no pagaban impuestos”, dijo este año el presidente en el debate del Estado de la Nación. Y agobiados por el déficit, el PP, que había acusado a Zapatero en 2007 de ser “poco ambicioso” en los beneficios fiscales a las empresas, inicia una contrarreforma fiscal, en 2012 y 2013,con la que fuerza a las empresas, sobre todo a las grandes a pagar más impuestos, recortando o suprimiendo beneficios fiscales: por  gastos financieros, por fondo de comercio, supresión de la libertad de amortización, límites a las deducciones por pérdidas de cartera, supresión deducciones por pérdidas participadas, no deducción pérdidas en el extranjero… Medidas que han permitido recaudar casi 3.000 millones más por sociedades en 2012 (19.581 millones), aunque las grandes pagan sólo el 4,13% de sus beneficios.

Otro gran problema son las multinacionales, que apenas pagan impuestos, ni en España ni en la mayoría de Europa. Basten tres ejemplos. Google declaró pérdidas en España en 2011, por segundo año consecutivo, gracias a que factura a través de Irlanda y deriva sus beneficios a Holanda y luego al paraíso fiscal de Bermudas. Apple también declaró pérdidas en España, a pesar de su éxito de ventas, y lo mismo Amazon. De hecho, Reino Unido, Francia, Alemania e Italia tienen abiertas investigaciones a Google, Apple, Starbucks, Amazon, Facebook, Microsoft, HP, Yahoo y Samsung por evadir impuestos “legalmente”, a través de mecanismos similares: inflar precios de ventas entre filiales para encubrir beneficios, traspasar deudas a filiales de países donde deducen los gatos financieros (España) y ubicar las sedes y beneficios en paraísos fiscales. La diferencia  es que muchas de estas investigaciones europeas (y en EEUU) son públicas, incluso en el Parlamento (Gran Bretaña), mientras aquí Hacienda no informa de las inspecciones abiertas a Google o Apple, aunque es positivo que haya abierto en 2013 una Oficina de fiscalidad internacional para “vigilarlas”.

En uno y otro caso, grandes empresas y multinacionales, hacen falta cambios legales para obligarles a pagar más impuestos. En el caso de las multinacionales, la normativa fiscal ha de ser internacional y en ello está trabajando, aunque despacio, la OCDE y Bruselas, que tiene parada también la tasa Tobin, el impuesto a las transacciones financieras, que no entrará en vigor en 2014, como aprobaron 11 países europeos, entre ellos España. En el caso del impuesto de sociedades, el Gobierno Rajoy ha prometido una reforma para 2015, en la que trabaja un Comité de expertos para aprobarla en marzo de 2014.

La reforma del impuesto de sociedades exige cambios en profundidad, tras los parches de estos años (70 cambios) para subir la recaudación. Y hay que vigilar más a las empresas españolas con filiales en paraísos fiscales: el 94% de las empresas del IBEX tienen presencia en paraísos como Delaware (USA), Holanda, Luxemburgo, Suiza, Hong Kong y Bermudas. Los expertos proponen varias medidas: bajar el tipo nominal (está en el 30%, de los más altos de Europa donde la media es el 25,7%), eliminar deducciones (en otros países no existe libertad de amortización ni por provisiones de cartera ni por gastos financieros sin límite), revisar y eliminar los regímenes especiales (más de una docena) y acercar la base imponible al resultado contable. En definitiva, tanto ganas tanto pagas, como las pymes o las familias. Sin “regalos” que acabamos pagando el resto de los contribuyentes.

Ahora es un buen momento para reformar sociedades, porque las empresas, sobre todo las grandes, han vuelto a aumentar sus beneficios: las empresas del IBEX ganaron 15.292 millones en el primer semestre, un 18,8% más, por primera vez desde 2011 (+1%). Y además, nos hace falta, para reducir el déficit público sin tener que hacer más recortes: los cambios en sociedades y multinacionales podrían suponer entre 10.000 y 15.000 millones más de ingresos al año, el equivalente a los recortes hechos en Sanidad, Educación y Dependencia.

Al final, las cuentas son muy sencillas: o las grandes empresas y multinacionales pagan impuestos como en otros países y como los demás (pymes y familias) o el Estado tendrá que recaudar más de los asalariados y del consumo, como ahora, y tapar el agujero de las cuentas públicas con más recortes. Las grandes empresas y multinacionales tienen que ganar dinero, para invertir y crear riqueza y empleo, pero también pagar los impuestos que deben. Lo que pasa ahora es un escándalo.

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