miércoles, 23 de enero de 2013

Bancos: suben comisiones y bajan los depósitos


El Gobierno y el Banco de España han hecho un regalo de Reyes a la banca: les han pedido  que bajen los intereses que pagan por el ahorro, desde el 4% al 1,75% o el 2,75% como máximo. Una medida con la que se embolsarán 10.000 millones, a costa de las familias que tienen ahorros (hay 760.000  millones  en  depósitos). Además, los bancos llevan años subiendo las comisiones que cobran a los clientes, que ya suponen un 30% de sus ingresos. España es el segundo país europeo donde más comisiones bancarias se pagan, 300 euros al año por cliente. A pesar de cobrar más comisiones, pagar menos por el ahorro y recibir cuantiosas ayudas públicas, no se consigue que la banca dé créditos asequibles a empresas y particulares. Porque para que haya crédito, el consumo y la inversión tienen que reanimarse. Y aquí sólo hay recortes.
enrique ortega

El negocio bancario, en esencia, es simple: coger el dinero con una mano (lo más barato posible) y prestarlo con la otra (lo más caro posible), cobrando en el camino comisiones por la mayoría de servicios. Con la crisis, a los bancos les ha caído el negocio (crédito), se les ha encarecido el dinero  y les han aumentado los morosos, lo que ha deteriorado sus márgenes (beneficios). Y para compensarlo, han aumentado las comisiones que cobran a sus 20 millones de clientes: han crecido un 46,88% entre 2007 y 2012, según ADICAE.

Los ingresos bancarios por comisiones han pasado de 13.594 millones en 2007 a 14.075 sólo en los nueve primeros meses de 2012, con lo que suponen ya un 30% de sus ingresos (cuando en 2007 eran el 20,9%). En 2012, las comisiones bancarias subieron de media un 40%, según el Banco de España. Y en diciembre, los bancos han vuelto a informar a sus clientes que les suben las comisiones, más las Cajas en reconversión (un 50% Bankia). Con ello, el cliente pagaba en 2012 una media de  300,98 euros al año en comisiones (243 en bancos saneados y 328 en bancos rescatados), según ADICAE. Ya en 2010, la Comisión Europea estimaba que España era el segundo país que más comisiones bancarias pagaba: 178 euros, tras Italia (253€) y por encima de la media UE (111€), de Alemania (90 €) o Bélgica (60€).

Los bancos no sólo han subido sus comisiones con la crisis, sino que las cobran cada vez por más servicios. Las más frecuentes son las comisiones por mantenimiento de cuenta (42,72€ de media y máximo de 60€) y por apuntes (21,60€), por mantenimiento de libreta (42,72€ de media y máximo de 60€), por tarjeta de débito (21,90 € de media y máximo de 30 €), por disposición en cajeros de otras redes, por tarjeta de crédito (38,45 € de media y un máximo de 52 €), por transferencias bancarias (desde 1 €), por cobro de cheques y distintas comisiones por estudio y concesión de hipotecas y préstamos personales, así como por cancelación anticipada. Y destacan las tres comisiones que cobran por un descubierto, en cuenta o en tarjeta: comisión por reclamación de posiciones deudoras (35 €), comisión por descubierto (13,25€ y 30 € por exceder límite en tarjetas) y pago de intereses de demora (29% TAE en cuentas y 20,4% TAE en tarjetas). Al final, por un descubierto en cuenta de 200 euros pagamos 64,14 euros (y 76,17€ en una tarjeta).

El Gobierno Zapatero aprobó en octubre de 2011 una norma (Orden EHA 2899/2011), en vigor desde abril de 2012, con la que se liberalizaban aún más las comisiones bancarias: los bancos ya no tienen que publicar su Libro de tarifas y comunican los cambios en las comisiones a sus clientes, individualmente. Con ello, las entidades siguen imponiendo sus tarifas y ahora es más difícil hacerlas un seguimiento, aunque la norma obliga a que desde enero de 2014, los bancos nos envíen un extracto con las comisiones cobradas cada año. Pero poco puede hacerse, más que reclamar y protestar para ver si nos quitan alguna, aunque para ello tengamos que ser “buenos clientes” y darles a cambio la nómina, los recibos y contratar otros servicios (Fondos, Planes, Bolsa. Seguros), por los que sacan jugosas comisiones.

Como a los bancos no les llega con la subida de comisiones (por la caída del negocio y la necesidad de recapitalizarse), el Gobierno y el Banco de España les acaban de pedir que bajen el interés que paguen por el ahorro, que dejen la guerra del pasivo ahora que parece que los mercados empiezan a abrirse para financiarse. No es una orden por escrito (¡por Dios, eso sería “intervencionismo”¡), sino una recomendación verbal (con penalización discrecional para exigirles más capital si no la cumplen) : que dejen de pagar el 4% (y hasta el 4,5%) por las supercuentas y abonen un 1,75% para cuentas hasta 2 años y el 2,75% a más plazo. Y todos se han lanzado a bajar sus cuentas, porque con cada punto de rebaja se ahorran 7.600 millones en pagar intereses a sus clientes.

En total, serán unos 10.000 millones más de ingresos, a costa de las familias que tienen sus ahorros en cuentas y depósitos (hay 760.000 millones de euros). Sólo los mejores clientes, los que tengan más dinero para negociar, podrán conseguir algo más de rentabilidad, porque se permiten tipos más altos en un 15% de las renovaciones. El resto, los pocos que pueden ahorrar (el ahorro de las familias está al nivel más bajo desde el año 2.000), tendrán que conformarse con recibir un interés del 1,75%, que se come con creces la inflación (2,9%). O buscar inversiones de más riesgo, comprando acciones, Fondos, Planes o deuda pública (y pagando comisiones crecientes).

Con este regalo de Reyes, más la subida de comisiones y las cuantiosas ayudas públicas a la banca (120.000 millones, la mayoría de difícil recuperación), la banca española va a dar la vuelta a sus cuentas y pasará de perder 6.000 millones en 2012 (por Bankia, Popular, Banesto y las Cajas en reconversión) a ganar 13.000 millones en 2013, según algunas estimaciones. Y todo gracias a un intervencionismo sesgado del Gobierno y el Banco de España: intervienen para bajar los intereses del ahorro, para liberalizar las comisiones, pero no para que los bancos den más crédito y más barato. El crédito ha caído otro 5,2% en 2012, el mayor descenso en 50 años, y están encareciéndose los créditos a empresas y familias  (hipotecas y préstamos personales).

Se mima a la banca para que haya crédito, pero el crédito no aparece. Primero, porque un tercio del sistema financiero está en reconversión y el resto digiriendo fusiones, recortes y mayores exigencias normativas y de capital. Pero, sobre todo, porque para que haya crédito tiene que haber demanda solvente, empresas y familias que lo pidan y lo puedan pagar. Y como la economía está en recesión, las empresas no venden ni invierten y las familias no tienen ingresos y apenas consumen. Y todos piensan en desendeudarse, no en pedir créditos.

No habrá crédito mientras la economía no se recupere, quizás para 2014, muy lentamente. Pero hasta entonces, los bancos recuperarán sus beneficios a costa de crujirnos a comisiones y de pagar muy poco por nuestro ahorro. La única opción es volver a ponerlo bajo el colchón.

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