miércoles, 28 de septiembre de 2011

España se tira de la moto

España es el único país que acoge cuatro grandes premios  de motociclismo y que tiene 3 campeones mundiales. Sin embargo, las fábricas de motos están en una profunda crisis y han cerrado ya  tres de las cuatro multinacionales instaladas en España. Y eso porque las ventas de motos han caído a la mitad en estos últimos cuatro años. Y no sólo por la crisis y la competencia de las motos asiáticas. El sector culpa de la caída de ventas al Gobierno, por la normativa implantada para dificultar que adolescentes y jóvenes conduzcan motos, debido a la alta siniestralidad, que sigue disparada. El futuro pasa por la fusión de pequeñas marcas españolas y por la moto eléctrica, sobre todo el scooter.
                                  Ilustración: Enrique Ortega

España fue una potencia en la fabricación de motos en los años sesenta y setenta, con más de 100 marcas, la mayoría instaladas en Cataluña. Marcas míticas como Montesa, Bultaco, Ossa, Sanglas, Derbi, Lube, Rieju, Gas Gas…, nacidas en los años cuarenta y que consiguieron  vender aquí y en el resto del  mundo (Bultaco vendió 25.000 motos en EEUU en 1974), convirtiendo a España en el segundo fabricante europeo, tras Italia.
En los ochenta llegó la crisis y las fábricas españolas no supieron reaccionar y fusionarse: cerró Ossa, cerró Sanglas tras la llegada de Yamaha, Honda se hizo con Montesa y Rabassa vendió Derbi a la italiana Piaggio. Ahora, con la nueva crisis y la dura competencia de las motos asiáticas, tres de las cuatro multinacionales han cerrado sus fábricas españolas en los dos últimos años. A finales de 1999, Honda cerró su fábrica de Santa Perpetua (160 trabajadores) y se fue a Italia. En enero de 2010, Yamaha se fue al norte de Francia, tras cerrar su fábrica cerca de Barcelona (430 trabajadores). Y en marzo de 2011, la multinacional Piaggio se llevaba a Italia la fábrica de Derbi de Martorelles (220 trabajadores). Sólo queda la factoría Suzuki en Gijón, con un ERE en 2010, tras reducir su fabricación a la cuarta parte. Y España ha pasado a ser el sexto fabricante de motos en Europa, exportando el 81%.
Choca esta debacle empresarial con el auge de la moto como deporte, un negocio global que mueve 800 millones de euros al año y donde España tiene mucho que decir: único país que acoge cuatro grandes premios, con 3 campeones del mundo en las tres categorías (Jorge Lorenzo, Toni Elías y Marc Márquez) y un récord de pilotos (22), licencias (6.225) y equipos (13). Eso sí, la empresa que organiza el Mundial, Dorna, tampoco es ya española: era una filial de Banesto que en 1998 se vendió a CVC (Ecclestone, el patrón de la F1) y luego, en 2006, a la firma de capital riesgo Best Point (65%), aunque la gestión la llevan directivos españoles (35% capital). En 2010, Dona facturó 200 millones (con 70 de beneficio), aunque acaba de renegociar 420 millones de deuda. En este millonario circo del Mundial tampoco hay una moto GP española. Se intentó con un modelo de Inmotec, que hizo pruebas en Jerez pero que no llegó a competir. Para fabricar una moto así hay que invertir 40 millones y tiene que haber luego un mercado de grandes cilindradas donde vender.
La venta de motos está cayendo en toda Europa (un 6% este año), por la crisis y la competencia de China, India y Tailandia, países que han desplazado a Japón. Pero donde más están cayendo las ventas, tras Grecia, es en España: en el primer semestre se han matriculado 74.629 unidades, un 16,7% menos que en 2010 (cayeron otro 4,72%). Ya son cuatro años seguidos de caída y se espera vender este año la mitad de dos ruedas que en 2007 (135.000 frente a 269.500).
El desplome de ventas se está dando sobre todo en ciclomotores (-31,6%), por varias causas: aumento de los seguros, subida del IVA, recorte y encarecimiento créditos (70% ventas son financiadas), exigencia de ITV y sobre todo, el cambio en el carnet: desde finales de 2009, la edad subió de 14 a 15 años y muchos adolescentes esperan a los 16 para comprar ya una moto de 125 cc, las únicas con las ventas estabilizadas. Han caído también las ventas de motos medias y grandes, por la fiscalidad (en verano 2008 subieron los impuestos a las más potentes) y por el cambio en el carnet: ahora hay que esperar dos años con el A1 para poder conducir una moto de gran cilindrada. Y desde final de año, además, habrá que hacer un curso de 17 horas (1.000 euros) y una evaluación. El Gobierno se ha adelantado y ha endurecido la Directiva europea que entrará en vigor en 2013, por lo que la patronal de motos estudia denunciar a España ante la Comisión Europea.
Los fabricantes y vendedores acusan al Gobierno de haberse cargado el sector con una normativa que restringe el acceso a la moto a los jóvenes. Y Tráfico argumenta que lo hace por seguridad, ya que están aumentando los motoristas muertos en accidente (183 hasta septiembre), tres de cada cuatro en carretera y la mayoría (2/3) con grandes motos. Pero los motoristas piden más inversiones en guardarrailes, frenadas por la crisis: el primer Plan, para instalar 1.600 km. hasta 2010 está en un 85%, y el segundo no ha empezado.
El futuro se presenta negro para la moto española, que busca reanimar algunas marcas (Ossa) y posibles fusiones, aunque no consiguen ayudas públicas. Otra salida puede ser la moto eléctrica: el primer scooter eléctrico español (MIUS 40), de Rieju, ya está en producción y la primera moto eléctrica española, de Volta Motorbikes (Figueras) se comercializará en 2012. Y habrá que solventar los problemas de carnet y seguridad, para conseguir entre todos salvar la moto española, un sector con muchos emprendedores, mucha afición y mucho futuro como alternativa al petróleo caro y unas ciudades contaminadas. A darle gas.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario