domingo, 7 de noviembre de 2010

Seguimos en la UVI

La economía española no ha crecido nada en el tercer trimestre, según el Banco de España. Y eso que era verano, con el turismo empujando. Seguimos estancados, sin crecer apenas en todo 2010, tras año y medio antes cayendo la economía. Resultado: no se crea empleo.


España no crece porque los tres motores del crecimiento están “gripados”: el consumo no tira porque la gente teme por su futuro y hay 4,5 millones de parados, más muchos millones de subempleados. La inversión privada no ve alicientes y se asfixia con un crédito caro y escaso. Y la inversión pública se ha recortado drásticamente, retirando incentivos a la inversión privada y al empleo. Y el tercer motor, la exportación, empuja despacio, afectada por un euro demasiado fuerte y la guerra comercial y de las divisas.


Todo apunta a que estos motores van a seguir averiados, con lo que la economía apenas va a crecer en los próximos meses y en 2011. Y así, apenas se creará empleo y el paro se acercará a los 5 millones. Mientras no crezcamos al 3% no se creará empleo de forma significativa. ¿Se puede conseguir? Así no. Hay que fomentar la inversión privada (con dinero barato e incentivos a los empresarios que creen empleo) y la inversión pública (gastando más en unas cosas y menos en otras. Y hay que dar confianza y perspectivas a los ciudadanos, para que consuman algo más, sin olvidarse de ahorrar.


Pero España no puede recorrer este camino sola, ya que nos castigarían los mercados. Hace falta otra política en Europa, que ponga el empleo y no el déficit como primer objetivo de verdad. Reanimar al enfermo para que se levante, no dejarlo aletargado en la UVI. Más en la línea de Obama que en la de Merkel, Sarkozy o Cameron. Porqué, ¿de qué me sirve tener el déficit más bajo de Europa (si lo conseguimos algún día) si ponemos el paro en el 22 %?


El problema es que los 4,5 millones de parados no deciden la política económica en España, ni ahora con Zapatero ni algún día con Rajoy (más ajustes, digan lo que digan). Y que si alguien quisiera reanimar al enfermo y sacarlo de la UVI, necesitaría conseguir un gran consenso nacional, tener credibilidad (como economía y como Gobierno) y hacerlo de acuerdo con el resto de Europa, que debía ir en otra dirección. Tres cosas que faltan.

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